CAPÍTULO 9

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Holaaaaa. :)

Espero que hayáis pasado buena semana y si no podéis quejaros en este mensaje, así os desahogáis. :P

Esta vez SÍ que termino la historia, os lo prometo.

Hola, vengo del futuro, sí que se termina en este.

Espero que disfrutéis <3

Marco y yo llevamos un mes hablando. Casi se podría decir que estamos como hace un año.

Quedamos varias veces, hacemos llamadas hasta tarde e incluso hemos ido a mirador. Todo esto con Arlen, por supuesto.

Hoy he vuelto a quedar con él. En el mirador. Hemos comprado unos donuts que invitan a morir por exceso de glucosa y ahora mismo estamos en la casa del árbol. NUESTRA casa del árbol. Y ahora también la de Arlen.

–Oye Deli -dice distraídamente tras un silencio-. ¿Te gustaría volver a vivir conmigo?

Y lo suelta así tan tranquilo.

Sí, y yo me acabo de ahogar con un trozo de donut.

Toso exageradamente, y finalmente el donut pasa a través de mi garganta.

–Bueno, si no quieres no pasa nada -bromea golpeándome suavemente la espalda para ayudarme.

–¿Qué...? No, no es eso -respondo apresuradamente-. Es...bueno. Tendría que hablar con...mi casero. Sí, eso. Mi casero.

–Claro, claro. Lo entiendo. No te preocupes -dice y acto seguido me besa en los labios.

Arlen está detrás nuestra, y cuando me giro para preguntarle si le gusta la casa del árbol y sus vistas, veo que nos observa con cara de asco.

Al ver que le miro, exagera una arcada.

Azco -dice.

–Oh, venga ya, Arlen -rezonga Marco.

La verdad es que Arlen se adaptó rápido a él, y Arlen no es de los que aceptan todo fácilmente. Sobre todo a las personas.

–Es verdad, hijo. Ya vendrás con una chica o un chico a este lugar o uno parecido -digo siguiéndole el juego.

–Y os besuquearéis -añade Marco.

Arlen está negando con la cabeza hasta que Marco dice eso último. Entonces se pone de pie e intenta saltar por una de las ventanas.

Sí. Lo que leéis. Intenta saltar por la ventana.

Un poco impulsivo.

Por suerte Marco actúa rápido y le pilla en pleno salto.

–¡Pero qué haces, Arlen! -chillo como una loca.

Al parecer, a Marco le ha hecho gracia que Arlen intentase tirarse por la ventana, ya que se ríe abiertamente.

–¿¡Y tú de que te ríes!? ¿Sois idiotas los dos o qué? -digo cruzándome de brazos.

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