CAPÍTULO 3

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¡El libro a vuelto a subir en el ranking tanto como en el #profundo y el #romanceadolescente! (A pesar de que este último todavía ni haya empezado, je je...)

En fin, estoy escribiendo porque me he fijado en qué día es hoy y he dicho: "Vale, subí el capítulo 2 el jueves, pero al final me quedo sin subir uno el martes".

Así que bueno, aquí está el capítulo 3.

¡Espero que lo disfrutéis! <3

Funeral

La gente que sale de la misa se dirige al cementerio, donde procederán a enterrar a Antonella, la madre de Guille y Kelly.

El niño y Lucas siguen a la multitud, y ya una vez allí Guille siente que se le escapan las lágrimas mientras el ataúd de su madre va descendendiendo en el agujero que han preparado en la tierra precisamente para ese momento.

Al ver que su primo está llorando, Lucas agarra la mano libre de Guille, ya que en la otra lleva un ramo de tulipanes, las flores favoritas de su madre. Lucas aprieta con fuerza la mano de su primo, que busca su mirada y le sonríe con pesar.

El padre de Guille, su abuela y su tía terminan de recitar unas palabras en honor a la madre del niño y guardan un minuto de silencio.

Hace dos años, Adelina.

A la mañana siguiente, me despierto temprano y me dirijo a ordenar el salón.

Daniel aún no se ha despertado, por lo que intento hacer el mínimo ruido posible.

Llevo ya la mayor parte del salón ordenada y limpio cuando por accidente choco contra un pila de cajas, que caen al suelo estrepitosamente.

Arlen, mi hijo, se despierta, ya que tiene el sueño muy ligero.

Rápidamente me apresuro a acudir a su llanto.

-Ya, ya, cariño ya -le digo cariñosamente-. Lo siento mucho, a mami se le han caído un par de cosas al suelo. Es bastante torpe y...

Me interrumpen unos pasos que se acercan a la habitación, furiosos.

Mierda.

-¿Se puede saber de donde viene ese ruido? -espeta Daniel nada más entrar.

Me dirige primero una mirada a mí, enfadado, luego otra al bebé y de nuevo otra a mí, confundido.

-¿Pero qué...? -su enfado va en aumento-. ¿¡Has metido a un puñetero crío en mi casa!?

-Yo...yo -balbuceo-. A-ayer...Lo-los tr-trapos...É-él...

-¡Joder! -interrumpe-. ¡Encima ahora no te puedo echar de mi casa, y menos con...con eso!

¿Pero este subnormal se cree que puede hablar así de mi bebé o qué?

Adelina, cálmate. Tienes que pensar con claridad.

-Pues que le voy ha hacer, se quedará aquí -dice Daniel resentido-. Eso sí, como eso me moleste en algo, los dos os quedáis de patitas en la calle.

Fragmentos De EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora