CAPÍTULO 4

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Holaaaaa :)
No sé que día leeréis esto, porque para mí es el mismo domingo con el que terminó el otro capítulo. Es que estoy muy motivada. ;)

Sí, se que uno de los motivos por el que subí el capítulo 3 el martes es porque tengo que revisarlo, pero me apetece escribir, no leer. Y menos un libro que he leído como mínimo 3 veces ya. El otro motivo es por que me da TOC no subir capítulos los martes y es que si subía el capítulo hoy (domingo, 9 de junio), no llegaba a escribir otro el martes. O igual sí, pero no quería meterme presión.

El tercer y último motivo es porque me gusta haceros sufrir. Sí, soy muy cruel. Je je...

Bueno, que no me quiero extender como en el último capítulo.

Espero que disfrutéis del cuarto capítulo. <3

Hace dos años, Adelina.

Me despierto y lo primero que veo es a Len, el apodo que le pongo a Arlen, mirándome atentamente con esos ojazos verdes.

–Buenos días, Len -le digo desperezándome.

Teno. Amie. -dice.

–Oh, ¿tienes hambre?

Arlen asiente con la cabeza, asi que le doy de mamar.

Cuando termina, salgo a la cocina y preparo los desayunos. Y tras dejar el de Daniel en su puerta y terminarme el mío, vuelvo a la habitación y cojo a Len.

–Venga, vamos a dar otro paseo -le digo.

El recorrido es el mismo que el de ayer, y esta vez Arlen aguanta 7 minutos hasta que dice:

–Ma-má, eoy ansado.

Le cojo en brazos y sigo hasta la esquina, cuando llego, doy media vuelta y me dirijo de nuevo a casa.

Hemos tenido un avance, de cinco minutos andando a siete.

Llegamos a casa y preparo la comida, pero cuando voy a dejarle la comida a Daniel, su puerta está abierta.

–¿Daniel? -pregunto, pero no hay respuesta.

Entro a la habitación, temiendo que le haya pasado algo, enciendo la luz. Pero no hay nadie.

Habrá salido. Mejor para tí.

Sí, la verdad es que sí.

Vuelvo a la cocina y dejo su comida en la en la encimera.

Entro a la habitación con Arlen, que duerme placidamente.

Cuando termino de comer, guardo el plato en el lavavajillas y lo pongo, ya que no sé si Daniel vendrá pronto o no.

Cómo si estuviesen esperando a que yo pensase en eso, llaman a la puerta insistentemente.

Abro la puerta y me encuentro a Daniel. Apesta a alcohol y se nota que va extremadamente borracho.

–Agghh eresss tú -y al ver que no me aparto de la puerta, me espeta-. ¿¡TE QUIERES MOVER O QUÉ!?

Me aparto rápidamente, alarmada.

Con ese grito, Arlen se despierta y se pone a llorar desconsoladamente.

–¡Y ENCIMA ESTÁ EL CRIAJO ESTE! ¡JODER, EN QUE MOMENTO SE ME OCURRIÓ METER A UNA IMBÉCIL Y A SU BASTARDO EN MI CASA...! -grita mientras se acerca a la habitación dónde se encuentra Arlen.

Fragmentos De EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora