Fragmentos De Estrellas

CAPÍTULO 20

Holaaaaa :)

¿Qué tal?

(La imagen de arriba... :O)

Disfrutad del capítulo. <3

Minimaratón I/II

Ya es viernes por la tarde y ufff, estoy nerviosa. MUY nerviosa, si somos exactos.

Hoy en la universidad todo el mundo nos miraba a James y a mí, porque él me ha acompañado a todas las clases y por si fuera poco, NOS DÁBAMOS LA MANO.

Sí, todavía me siento como la persona más afortunada del mundo porque, ¿qué probabilidades hay de que le gustes a tu crush?

También al ir al baño escuché que James había dejado a su novia (que al parecer era la popular Emily Jones) por, cito textualmente, la chica más lista de la uni.

Cada día eres más cliché.

Déjame.

Al acabar las clases estaba que no cabía en mí de la alegría, y eso solo aumentó cuando James propuso llevarme y traerme a casa tooodos los días.

—Ey, muñeca –dijo acercándose por detrás y rodeándome con su brazo por los hombros–. ¿Quieres que te lleve a casa?

Me giré a él, sonriente.

—¡Sí! –exclamé de inmediato–. Espera que aviso a mi chófer.

Escribí a Mario y le expliqué la situación y mientras lo hacía, James se asomó por encima de mi cabeza.

—Dile que yo te llevaré y traeré todos los días –añadió.

Agregué eso último sonriente.

Subimos a su Hyundai Tucson y me llevó a mi casa. Todo un sueño.

Ahora estoy con Bridget en mi habitación. No sé que hace aquí, porque creo que aún se vestirme, pero agradezco su compañía.

Ya tengo puesto el vestido, solo me queda peinarme y maquillarme (aunque de esos se encarga Brid).

Para eso está, porque eres incapaz de maquillarte y peinarte.

¡No soy incapaz, pero es que a ella se le da mucho mejor!

Me siento en el suelo delante de mi cama y Brid empieza a hacerme una cola de caballo con mechones de pelo suelto para así darle un aire más "rebelde", o eso dice mi experta en moda, o sea, Bridget.

—Entonces... ¿James y tú sois novios? –pregunta.

—Mmm... No oficialmente... –respondo distraídamente, jugeteando con los pelillos de la alfombra.

—¿Tú saldrías con él? –dice dudosa. Intento girarme a ella y mirarla con ironía, pero me vuelve a girar la cabeza–. ¡Estate quieta!

—Vale, vale, perdón –me diculpo volviendo al sitio de antes–. Claro que saldría con él, Brid. ¡Es el chico que me gusta!

—Es que... A ver, Sirenita. Te voy a decir algo, pero prométeme que no te enfadarás –comenta Brid con voz cautelosa.

Pongo los ojos en blanco, porque se que me va a soltar el sermón de que es infiel y bla, bla, bla. Todo mentiras.

—Ya se lo que me vas a decir, Bridget –resoplo–. Pero adelante, dilo igualmente. No me vas ha hacer cambiar de opinión respecto a él.

—Bueno –suspira–. Es que... no me parece buena persona, Sirenita. Me da mala espina.