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Lamento tanto la demora, el fic está dentro de un pequeño hiatus porque me metió en un bloqueo de escritor horrible:(

De igual forma estoy trabajando en un fanfic y un O.S de terror 🙂‍↔️👀

Así que disfruten ✨🫶🏻



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Anna quería hundirse en la almohada cuando escuchó el despertador.

Era, quizás, la primera vez que no deseaba ir al trabajo y permanecer en la cama todo el día sin hacer absolutamente nada. Pero debía llevar a Heidi porque Elsa salió mucho más temprano luego de recibir una llamada de Moana pidiendo su ayuda para algo que ella no logró escuchar del todo. Había dormido tan bien con la médica en sus brazos que odió cuando el ringtone de Taylor Swift comenzó a sonar y la voz adormilada de su pareja cuando decidió aceptar la llamada.

– ¡Mamá hay un dragón en la sala!

Anna frunció el ceño. Si bien su hija era alguien que imaginaba mucho, nunca creyó que fuera para tanto. Se quitó el rastro de saliva seca, peinó su enredado cabello en un moño y salió de su habitación para ver a su hija arriba de la mesa con una sartén. Cinco años y Heidi sabía cómo defenderse... y ser dramática, Anna culpaba a Rapunzel por eso.

– ¿Heids?

– ¡Ahí! – chilló la menor.

Anna siguió la dirección en la que su hija apuntaba. En una esquina, intentando trepar la pared, había una salamandra de color azul claro con marcas de diamantes morados. Era la primera vez que ella veía eso, más bien, era la primera salamandra con ese extraño patrón en su cuerpo y Anna no sabía como se había metido en su departamento.

Buscó un tupper para poder encerrar al anfibio que había logrado escalar la pared y caer sobre el aparador, Anna lo escuchó chillar cuando golpeó el bowl de cerámica con las llaves y volvió a intentar salir. La salamandra era demasiado rápida y Anna ya no tenía paciencia.

– ¿Dónde está?

– ¡Ahí! – gritó su hija.

Tras varios intentos fallidos, Anna pudo atrapar al anfibio dentro del tupper y colocar dos libros encima para que no pudiera salir. De seguro Elsa hubiera hecho algo más divertido y no se hubiera estresado en tan poco tiempo como ella lo hizo.

– Listo – anunció mirando el tupper –, creo que ahora podemos- – Alguien golpeó su puerta –... Ver quién es.

Heidi ya se había bajado de la mesa y ahora estaba boca abajo mirando a la salamandra que no dejaba de ladear su pequeña cabeza a la par de su hija. Ya no le daba miedo, solo se reía por lo adorable que podía verse ese anfibio y Anna rogaba que Heidi no pidiera tener una de mascota porque no sabría si Elsa iba a aceptarlo o si le gustaría, su novia parecía ser una persona amante de los animales, sobre todo los gatos porque no dejaba de enviarle vídeos de ellos durmiendo en cualquier lugar.

Cuando abrió la puerta, Anna vio a un chico abrazando una cantidad exagerada de papeles y con la mano alzada para volver a golpear la puerta. Nunca lo había visto, Anna tenía buena memoria en algunas ocasiones y recordar a sus vecinos era una de ellas; él era... nuevo. Tenía la piel color canela, ojos azules (como Elsa, pero los de ella eran más profundos e intensos) y cabello castaño atado en una media colita. Le dio un rápido escaneo a su ropa: pantalón de chándal gris, tenis negros, camiseta blanca y una sudadera verde pinto encima.

– ¡Hey! Hola, soy... uh... Nuevo, si. Nuevo en el edificio, no en la ciudad, ya antes había vivido en Nueva York pero tuve que irme por una oferta de- ¡Soy Ryder! Ryder Nattura.

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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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