El Abuelo Max y Gwen se encontraban caminando tranquilamente por una ciudad costera con temática de calamares.
Max: ¡Ah! Ciudad Calamar... Este lugar fue una parte especial de mi niñez. Talvez sea su última oportunidad para verla, niños. Pronto tirarán todo este lugar para construir un lujoso centro comercial. —explicó a su nieta señalando un cartel con una imagen de dicho centro comercial—. No podemos detener el progreso, pero al menos puedo permitirles probar las delicias locales por última vez en su vida... espera... ¿Dónde esta Ben?
Ben estaba en la entrada de Ciudad Calamar, viendo con pánico la enorme estatua del calamar que le daba la bienvenida a los visitantes.
Ben: Calamares... calamares... calamares en todos lados... —murmuró con pánico viendo los calamares muertos en los distintos puestos del lugar.
El Abuelo Max llamó a su nieto para que se acercará a unos de esos puestos.
Max: Deprisa Ben, te lo perderás.
Ben: ¿Qué venden ahí? —preguntó con curiosidad.
Max: Un rico helado... al estilo Ciudad Calamar. —respondió emocionado.
Ben: Me gusta el helado. ¿Cómo es al estilo Ciudad Calamar?
Max: Helado negro hecho con tinta de calamar.
Ben observó en silencio al heladero. La imagen de un calamar gigante, mirándolo fijamente mientras extiende sus tentáculos para agarrarlo, llegó a su cabeza.
Ben: No quiero. —respondió dando unos pasos hacia atras.
Gwen: Wow... Nunca imagine que tu dirías eso de un helado... para nada... te mostraré como lo hace una chica. ¡Calamarero! ¡Yo voy a querer uno grande!
Ben: Pues yo quiero uno... ¡EXTRA-GRANDE! —respondió mirando desafiante a su prima, antes de encogerse de hombros por caer en su trampa.
Gwen: Ese es mi primo. —dijo con una sonrisa orgullosa.
Ben: Te odio... —contestó mirando con el ceño fruncido a su prima.
Max: ¡Súper! Queremos tres de tus mejores helados de tinta de calamar, por favor. —pidió amablemente.
Heladero: Salen enseguida. —respondió aburrido, exprimiendo un calamar de plástico para intentar sacar el helado.
Gwen: Muy bien, creí que te ibas a acobardar...
En ese momento, Gwen fue cegada por un destello rosado y al abrir los ojos vio una enorme pelota amarilla rodar a toda velocidad hacía otro puesto.
Gwen y el Abuelo Max intercambiaron miradas.
Gwen: Hable demasiado pronto. —dijo acercándose a un puesto de peluches.
En el puesto estaba Ben escondido junto con Pinball, quien miraba con curiosidad unos peluches de calamar.
Gwen: Pinball... ¿Es enserio?
Ben: Si no vas a comprar nada mejor vete...
Pinball: ¿Benji, me lo puedes comprar? —le preguntó ligeramente sonrojada a Ben mostrándole un peluche de calamar.
Ben: Eh... ¿no te gustaría algo como un osito o un mapache? —preguntó mostrándole más peluches.
Pinball: Porfis... —suplicó haciendo pucheros—. Se ven muy tiernos. Hasta hay uno que me gustaría darte... —le enseño otro peluche de calamar de color rosa—. Combina con tu camisa.
Ben suspiró y sacó un par de billetes de su bolsillo.
Ben: Tu ganas.
Pinball, con una sonrisa, abrazó a Ben con fuerza, aplastando su peluche de calamar. Para su sorpresa, el peluche disparó un chorro de tinta a la cara de Ben.

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"Nuestro Héroe" (Chaquetrix Ben 10 Reboot)
Science FictionHace poco me envicie con dos historias del chaquetrix, la del usuario @JoaSwitch y la de @The-King-100. Ya tenía ganas de hacer mi propia historia del chaquetrix, pero el primero me inspiró para hacer una enfocada en el reboot de Ben 10. Desde ahora...