CATORCE: Cazadora En Las Sombras

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                                                                                           ~Cain~

Nos quedamos allí, abrazados, sumidos en un silencio que decía más que cualquier palabra. Sentía su corazón latiendo contra mi pecho, y por un momento, el mundo parecía haberse detenido. Pero sabía que no podíamos quedarnos así para siempre.

- Alaska. - dije finalmente, rompiendo el silencio. - Me encantaría huir contigo, dejar todo esto atrás. Pero no sé cómo ser una persona normal. Toda mi vida he estado en negocios oscuros, rodeado de peligros y violencia. No sé si puedo cambiar. 

Ella se apartó un poco, mirándome a los ojos. 

- Cain, todos merecemos una segunda oportunidad. Podemos aprender juntos. Podemos encontrar una forma de vivir una vida normal, lejos de todo esto. - 

Quise creerle. Quise creer que había una salida, una forma de escapar de las sombras que nos rodeaban. Pero antes de que pudiera responder, un ruido fuerte y metálico rompió nuestra burbuja de tranquilidad.

- ¿Qué fue eso? -  preguntó Alaska, sus ojos llenos de miedo.

- Queda aquí. -  le dije, mi tono más serio de lo que había sido en mucho tiempo. Me levanté rápidamente y me dirigí hacia la puerta, mi mano instintivamente alcanzando mi arma.

Abrí la puerta con cautela y me encontré con un grupo de hombres armados que entraron a la fuerza. Intenté defenderme, pero eran demasiados. Uno de ellos me golpeó en la cabeza, y todo se volvió negro.

Cuando recuperé la conciencia, sentí el frío suelo bajo mi cuerpo. Me levanté con dificultad, el dolor en mi cabeza era insoportable. Miré a mi alrededor y vi que estaba solo en la cabaña. Alaska no estaba allí.

- ¡Alaska! -  grité, mi voz resonando en la pequeña cabaña. No hubo respuesta. Salí corriendo hacia el exterior, buscando cualquier señal de ella. Entonces lo vi: un pedazo de papel clavado en la puerta de la cabaña.

Lo arranqué y leí las palabras escritas apresuradamente: "Si quieres volver a verla con vida, trae el mapa. Leon."

El nombre de Leon hizo que la rabia burbujeara dentro de mí. Me dirigí de inmediato al lugar donde sabía que guardaba la tarjeta de memoria. La encontré y la guardé en mi bolsillo. No podía perder tiempo. Tenía que salvar a Alaska.

Conducí hacia la ubicación que Leon había indicado. El lugar era una antigua fábrica abandonada, el lugar perfecto para un enfrentamiento final. Al llegar, vi a varios hombres armados vigilando la entrada.

Decidí ir por el camino más directo. Sabía que no tenía mucho tiempo. Me acerqué a uno de los guardias y le mostré la tarjeta de memoria. 

- Estoy aquí para ver a Leon. -  dije con firmeza.

El guardia me miró con desconfianza, pero finalmente asintió y me llevó adentro. Caminamos por un laberinto de pasillos oscuros y húmedos hasta llegar a una gran sala donde Leon estaba esperándome, con una sonrisa maliciosa en su rostro.

- Cain. -  dijo Leon, su voz goteando veneno. - Qué bueno verte. 

- ¿Dónde está Alaska? -  exigí, mi voz firme y llena de furia.

Leon señaló hacia una esquina de la sala, y allí estaba ella, atada a una silla, con una mirada de desesperación en sus ojos. 

- Aquí está tu preciosa Alaska. Ahora, dame la tarjeta.

Saqué la tarjeta de memoria y la sostuve frente a él. 

- Primero, suéltala.

Leon se rió. 

La Chica De Los LazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora