Abrazos Musicales

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La cabaña portentosa de Roar Omega Roar era la única que se encontraba aún con las luces prendidas durante la noche especialmente en una habitación donde el rumor estrepitoso de los utensilios de cocina realizaban una danza al compás de una receta apetitosa por la mano habilidosa del más joven de la fraternidad prestigiosa. En un tiempo récord de dos horas logró terminar de preparar un pay de carne molida con almendras negras picantes ya recién horneado. En otra media hora recogió y lavo los trastes que había ensuciado. La canción de Bones de The Killers sonaba al fondo tocado por un equipo bluetooth en donde la letra repetía las palabras: ¿No quieres venir conmigo? ¿No quieres sentir mis huesos en mis huesos? Es muy natural.

El presidente de ROR entró al área de la cocina con la curiosidad de saber lo que estaba haciendo su novio andrógino que en cuanto lo atisbo, sonrió de manera coqueta ya que el chico lagarto ataviaba un mandil lila con un estampado de un lema que rezaba: ¡Peligro! Monstruo cocinando.

— Randy, ¿ahora que me preparaste?

Randall soltó inmediatamente una risita apocada al notar la presencia del mayor. — ¿Y cómo sabes que es para ti?

— Es obvio, ¿o no? — Johnny se fue acercando con sensualidad a Randall. Lo abrazó por la espalda rodeando su cintura con sus brazos musculosos y hundiendo su nariz en su cabellera lavanda. Una mano-garra asió unos mechones largos de su cabello y los pasó entre sus dedos peludos con garfas negras granjeando lo exótico que era. — Me gusta cómo te está creciendo las puntas azul turquesa. Resalta aún más tu belleza andrógina.

Ante estás melindrosas palabras, Randall se sonrojo y se encogió entre los brazos de Johnny que continuaba acariciando su cabello con suma delicadeza.

— J-Johnny...ejem... ¿te gustaría probar una rebanada de mi pay de carne? — soltó Randall apabullado como pretexto para distraer la atención de su novio encimoso de él.

— Si es para mí, con mucho gusto lo hago — susurró con flirteo en el oído del menor.

— C-Claro. Lo hice para ti en...agradecimiento

— ¿Agradecimiento?

En ese instante, cuando Johnny se descuidó, Randall se desprendió de su agarré estrujante y se giro hacia él, pero aún siendo envuelto por su cintura.

— Por ayudar a Mike Wazowski a meter a su amigo a su equipo — agregó vacilante de su explicación.

Johnny arqueó una ceja y frunció la boca. — Eso pudo ser porque su amigo está asociado con Monsters University. De lo contrario, se lo hubieran negado — repuso el presidente tajantemente.

— Pero de todas formas, me gustó mucho que lo apoyaras — sonrió el chico reptil contento.

— Recuerda que solo lo hice por ti — adujo el monstruo cuernudo rotundo.

— Y como recompensa te mereces un delicioso pay horneado por mis maravillosas manos — dijo Randall divertido. Rodeo sus brazos al cuello del mayor para aproximarlo a su rostro donde le propino un beso suave en sus labios gruesos donde los dos cerraron los ojos para poder apreciar el gesto amoroso con más placer.

Cuando Randall abrió ligeramente sus ocelos citrones, estos visualizaron a Javier que estaba parado en el umbral de la puerta de la habitación de la cocina y lo miraba con un rostro indescifrable e inquisidora. Sin poderlo evitar, Randall respingo por la impresión de miedo que su compañero indirectamente le imbuyó. Johnny notó ese sobresaltó y se separó de su joven novio.

— ¿Sucede algo?

— N-Nada. E-Es que sentí cosquillas en mi estomago — se excusó con nerviosismo.

Somos los MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora