Porque te amamos

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Notas iniciales del autor: Este capítulo es un especial tipo Flashback y POVs de cómo fue que cada miembro actual de ROR logra admirar, apreciar y adorar a Johnny Worthington como su presidente absoluto.


POV Javier Ríos

El primer día de clases en Monsters University. Fui el único estudiante provinciano y de la especie insecto que ingreso gracias a una beca que me había ganado en mi escuela preparatoria por ser alumno destacado en mi generación. Mudarme a la ciudad no fue fácil ya que eso concernía que tenía que dejar a mi familia y vivir con algún compañero de habitación en la propia universidad. De hecho, si era una gran ventaja además adicionar que el desayuno, comida y cena los podía hacer en la cafetería de la escuela por un costo bajo a excepción de los fines de semana que cerraban y cuyo horario extra solo eran en las mañanas de los sábados debido a las actividades sabatinas como académicos o deportivos que se llevaban a cabo.

Nunca fui un chico monstruo sociable y más tomando en cuenta mi condición de mis genes de un ortóptero que nadie más en la universidad compartiera el linaje. Lo único que podía ameritar como estudiante para Asustador en la Facultad de Sustos era mi altura. Medía 1.85 metros, sin embargo, mi complexión esquelética no me hacía ningún favor (por donde miraras no había ningún ápice de músculos dignos de admirar), aunque consideraba que era lo de menos. Siempre fui muy dedicado y asiduo a mis estudios que no me importaba si todo el tiempo anduviera solo en el campus universitario.

Era un viernes después de la última clase cuando ya el crepúsculo se asomaba en el horizonte. Como de costumbre me colgué mi mochila marrón al hombro, iba leyendo un libro de ciencia ficción titulado "Cuentos Completos" de Isaac Asimov mientras caminaba rumbo a mi habitación donde terminaría por cenar ahí un sándwich de espinacas con queso naranja vegetal y un vaso de leche azul hasta que me diera sueño. Esa era mi rutina de cada viernes. Nada especial. En mi caminata solitaria y abstraída, no advertí que estaban caminando un grupo de chicas monstruos que se dirigían hacia mí que al final me esquivaron y una de ellas me habló de forma coqueta.

— Ten cuidado chico lindo al menos que quieras tener una accidental excusa para conocerme.

Mis ojos se desviaron del libro a su persona que notaron a una chica monstruo de cabello rosa-fresa que me miraban con sus tres ojos azules hermosos que enmarcaban un rostro bonito y esbozaba una sonrisa brillante de labios pintados de rojo. Era esbelta y de movimientos gráciles. Creí que era la primera vez que una monstruo cautivaba mis sentidos que realmente sentí que se detuvo el tiempo. De repente, un golpe duro me regresó a la realidad cuando sus amigas que parecían ser sus seguidoras por vestirse similar a ella lanzaron unas risitas burlonas. ¿En qué estaba pensando? Siendo como era yo era incapaz de salir con ella. ¿A quién engañaba?

— Oye tú, fíjate por donde caminas.

Otra vez estuve a punto de chocar contra alguien por estar sumergido en mis discurrimientos mortificantes. Aunque cuando mire hacia el frente con la intención de disculparme apareció en mi panorama visual a un chico monstruo de complexión atlética y bastante bien parecido. Su par de grandes cuernos se alzaban en su cabeza que lo hacían verse más imponente además que era unos cinco centímetros más alto que yo.

— Lo siento.

— No te preocupes.

Me sorprendió que me había agarrado del hombro de manera amistosa y me dirigía una sonrisa de suficiencia gentil.

— ¿Tu eres Javier Rios? Si no me equivoco.

Asentí enseguida extrañado de que me conociera.

— Te he observado como te desempeñas como futuro asustador y me di cuenta que tienes mucho potencial que debemos explotar.

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