Nunca había estado en una fiesta, bueno, únicamente había asistido a las familiares, pero Randall creía que esos no contaban entonces esta sería su primera fiesta de verdad con chicos monstruo de su edad y más grandes de su misma escuela. No sabía si su camisa blanca cubierta por un suéter gris de rombos purpura, una corbata azul turquesa estampada con rombitos negros y unos pantalones color ciruela con franjas blancas delgadas iba a ser demasiado atildado para el gusto de ROR y pensándolo bien también para las demás fraternidades y sororidades como Slugma Slugma Kappa, Eta Hiss Hiss, Jaws Theta Chi y Python Un Kappa que se encontraban ahí. Mirando a su alrededor repleto de chicos monstruos populares no podía evitar sentirse intimidado y fuera de lugar sumando con el ambiente de luces violetas, amarillas y azules que titilaban la oscuridad de la fiesta y al fondo se escuchaba una música rock que si bien podía identificarla como You Know What They Do to Guys Like Us in Prision de My Chemical Romance bastante atronadora para su gusto.
Randall trataba de serpentear un camino invisible hacia el fondo de la vasta sala de la casa de los ROR buscando un asiento en donde poder descansar del bullicio descontrolable que representaba dicho jolgorio. Eludía cuanto pudiera a los estudiantes monstruo que de vez en cuando chocaban con él y sin tener la delicadeza de pedirle disculpas. Todos estaban ensimismados en su propio mundo. Y la verdad era que también estaba en modo de alerta por si se topara con Sullivan. En una fiesta de su propia fraternidad, no tendría piedad con él y era lo que le daba más escalofríos.
A lo lejos, atisbo una mesa con sillas. El chico lagarto decidió acudir a ella tomando asiento. Respiro profundo como para relajarse. Observó que la mesa estaba repleta de vasos con líquidos de diferentes colores y unas adornadas con sombrillas de papel de colores. De repente, le nació la urgencia de tomar alguna bebida para saciar su sed de improvisto. Asió una bebida de un color amarillo pálido que si bien parecía un licuado. Rogó porque no contuviera alcohol. Dio unos sorbitos para saborearla reparando en lo dulce que estaba. Si le gustó. Fue tomando más de ese curioso brebaje con textura ligeramente espesa.
- Hola chico lindo. No te había visto por aquí.
Tan concentrado estaba tomando su bebida que se la paso por el otro lado de su garganta al escuchar aquella voz femenina e instigó a que tosiera forzadamente por unos segundos hasta que recibió unas palmaditas percutadas sobre la espalda. Poco a poco, se calmó respirando dificultosamente.
- G-Gracias.
Randall viró encontrándose a una chica bastante guapa que tenía la piel rosa clara, cabello color rosa fresa y unos tres ojos azules siendo el tercero posicionado en la frente. Usaba un vestido corto del mismo color de su cabellera larga y peculiarmente plagado de lentejuelas que lo hacían fulgurar incesantemente. Sin duda, era la presidenta de la sororidad Python Nu Kappa mejor conocida por sus siglas como "PNK". Curiosamente, ella escaneo de cabeza a pies al chico lagarto de forma coqueta.
- No pareces que estas familiarizado con fiestas como está. Ese cóctel es especialmente preparado para las chicas monstruo ya que contiene una toxina que nos ayuda a exacerbar nuestra feminidad.
Casi Randall se atraganta de nuevo con su propia saliva. Un rubor carmesí tiñó sus pómulos níveos y la consternación en sus ocelos citrones hizo aparición evidente.
- Qué bonito te ves cuando te sonrojas - chilló tan mujeril y pellizcó suavemente la mejilla derecha del chico reptil azuzando más su bochorno. - ¿Cómo te llamas?
- ¡Randall Boggs!
Una voz ajena le había ganado la contestación al chico lagarto. Cuando menos lo espero, dos chicos monstruo se habían posicionado a lado suyo reconociendo a uno de ellos como aquel quién lo invitó a dicha verbena juvenil. Ese joven monstruo insecto de altura considerable llevaba una vestimenta sobria compuesta por unos pantalones holgados y chaqueta marrones y conservaba su semblante estoico como si toda la algarabía que imperaba alrededor no hiciera efecto en él. En cambio, su acompañante lucía más jovial usando una playera de manga larga de brazos color vino y torso color blanco y unos pantalones de mezclilla. Tenía el cabello largo y ondulado de un tono azafranado que le llegaba a los hombros y le cubría la mitad de su cara solo dejando al descubierto un ojo azul que demostraba rebosante alegría. Lo que más recalcaba era su gorra color vino con las inconfundibles insignias de ROR revelando que era un miembro más de esa fraternidad.
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Somos los Monstruos
Hayran KurguLa vida de un chico universitario no es tan sencilla teniendo en cuenta de que las amistades o enemistades pueden confundirse en una admiración del potencial del compañero de clases o atracción amorosa. ¿Randall confesara sus sentimientos hacia Mike...