La semana había estado cubierta con una leve lluvia, y aunque eso no había impedido trabajar, las circunstancias de ese día no se podían excusar. Desde muy temprano, Meliodas había estado esperando a que la lluvia cesara, pero al parecer solo aumentaba con el pasar del tiempo. Finalmente, tuvo que asumir la responsabilidad de enviar un informe indicando que ese día no habría trabajo en la oficina y que todos trabajarían desde casa. Zeldris fue el primero en no objetar, simplemente volvió a su cama y se resguardó del clima frío.
Elizabeth, todavía en su primera semana de regreso al trabajo, observaba la lluvia desde la ventana de su habitación. Las gotas se deslizaban por el vidrio, creando patrones hipnóticos mientras el aire frío se colaba por las rendijas, haciéndola estremecer ligeramente. Con un suspiro, apoyó su frente en el cristal, sintiendo el contraste entre la calidez de su piel y la frialdad del vidrio.
—Uh... mi primera semana y el clima se pone en mi contra—murmuró Elizabeth, con una mezcla de resignación y ligera frustración. Miró a su esposo, que estaba sentado en el borde de la cama, observándola con una sonrisa tranquilizadora.
Meliodas se levantó y se acercó a ella, envolviéndola con sus brazos desde atrás. Besó suavemente su cabeza y le susurró al oído:
—No te preocupes, amor. Aprovechemos para trabajar desde casa y disfrutar del día juntos.
Elizabeth sonrió, sintiéndose reconfortada por su cercanía y apoyo. Se dio la vuelta para abrazarlo, disfrutando del calor que él le proporcionaba en contraste con el frío del exterior.
—Tienes razón—dijo ella, dejando que su cabeza descansara en el pecho de Meliodas—. Tal vez trabajar desde casa no sea tan malo después de todo.
Ambos se dirigieron al estudio que compartían, un espacio acogedor lleno de libros, plantas y una gran ventana que ofrecía una vista perfecta del jardín empapado por la lluvia. Elizabeth se acomodó en su escritorio, encendió su computadora y comenzó a revisar sus correos electrónicos y tareas pendientes. Sus dedos se movían con rapidez y agilidad sobre el teclado, demostrando su eficiencia y dedicación.
Mientras tanto, Meliodas se sentó en el escritorio frente a ella, organizando sus propios documentos y respondiendo a mensajes urgentes. A pesar del clima sombrío, la atmósfera en la habitación estaba llena de una tranquila productividad, interrumpida solo por el suave sonido de la lluvia golpeando el techo y las ventanas.
A medida que pasaban las horas, Elizabeth se perdió en su trabajo, completamente absorta en sus tareas. Las nubes oscuras en el exterior parecían no tener efecto en su estado de ánimo, que se mantenía brillante gracias a la presencia de Meliodas. De vez en cuando, levantaba la vista para encontrar los ojos verdes de su esposo mirándola con cariño, lo que siempre le provocaba una sonrisa.
—¿Te das cuenta de lo mucho que hemos cambiado desde la preparatoria?—dijo Meliodas en un momento de pausa, rompiendo el silencio cómodo entre ellos.
Elizabeth lo miró, recordando aquellos días. Eran unos jóvenes inexpertos, apasionados y a menudo imprudentes, pero esos recuerdos estaban llenos de momentos que la hacían sonrojar y reír a la vez. Habían pasado por tantas experiencias juntos, tanto lindas como candentes, que habían moldeado su relación hasta lo que era hoy.
—Sí, hemos crecido mucho—respondió ella con una sonrisa melancólica—. Pero algunas cosas nunca cambian, como mi amor por ti.
Meliodas se levantó y se acercó a ella, tomando su mano y besándola suavemente.
—Y mi amor por ti—dijo él, mirándola con una intensidad que hizo que el corazón de Elizabeth latiera más rápido.
El día continuó con ambos trabajando codo a codo, el sonido constante de la lluvia proporcionando un telón de fondo relajante. A pesar de las circunstancias, Elizabeth se sintió agradecida por el momento de calma y la oportunidad de estar junto a Meliodas, recordando que incluso los días más grises podían tener un brillo especial cuando estaban juntos.
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Prometidos Desafortunados (Pausada)
RomantikEn el corazón del vibrante mundo empresarial, Meliodas, un influyente y exitoso empresario, vive una vida que muchos envidiarían. Sin embargo, su destino da un giro inesperado cuando se compromete con Elizabeth, una enigmática joven con un secreto p...