Un mes después.
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Estaba con Matt, en el club nocturno llamado "Pulse", para entregar nuestros selectos productos de polvito blanco. Solía hacer este trabajo con Javier, pero después del "Dentista", Carligh decidió volver a golpear al drogadicto, y aún se está recuperando en el hospital, por lo que mi nuevo compañero temporal era el pelirrojo.
Salvador, más conocido como "Chava", dueño del club y aliado de Carligh, inhalaba el producto pegado a la mesa, soltando un grito de placer que resonó en su oficina. Sus dreadlocks amarrados en una coleta, se movían frenéticamente mientras movía su cabeza.
— ¡Joder, hermano, esto es calidad pura! — exclamó con una sonrisa abriendo levemente su boca, mostrando su piercing en la lengua. Involuntariamente, mordí mi labio y asentí con la cabeza. Por alguna razón Chava siempre me ha parecido atractivo, un alfa de piel morena, con estilo desaliñado; además de que tiene veinticinco años, eso le añade un toque especial.
Mis pensamientos rápidamente se desviaron a escenarios eróticos con el alfa. Cerré los ojos un instante y me deje llevar un momento por la fantasía de sentir el calor de su aliento en mi piel.
— Son 5 kilos — dijo Matt, un tanto titubeante y nervioso, quitándome de mis tontos pensamientos.
— ¡Claro que lo sé!, ¿Crees que soy tonto? — inclinó la cabeza el alfa, tan atractivo como desquiciado; la sustancia blanca ya le había freído la cabeza.
— No, señor, lo siento mucho — respondió de inmediato el pelirrojo.
Chava volvió a sonreír, y mis fantasías volvieron. ¡Maldita sea, por qué mi imaginación no podía comportarse en momentos como este!
— Te lo perdono solo porque eres nuevo en el club — el alfa hizo una nueva línea en la mesa y la inhalo con entusiasmo — ¡Mierda, si! — volvió a gritar, sumergiéndose en un éxtasis momentáneo que parecía sacarlo de la realidad.
Mientras observaba la escena con cierta impaciencia, uno de los hombres de Chava nos entregó dos maletas repletas de dinero, provocando que mi pensamientos se desviaran momentáneamente hacia la cantidad de ceros que podían contener esos fajos de billetes.
— Teo — el moreno me llamó, atrayendo mi atención de nuevo hacia él.
Levante la mirada hacia el alfa, preparado para escuchar lo que tuviera que decir, intentando mantener mi mente enfocada en el negocio y no en las fantasías que insistían en asaltar mi cabeza.
— Ayer en el territorio encontramos esto — sacó de un cajón una bolsita transparente, con hermosos cristales azules y la colocó en la mesa. — El "Clan árabe" está vendiendo sus mierdas en nuestro territorio, dile al señor Carligh que sea más serio con el asunto, porque mi negocio va a ser fiel a quien me pague mejor y no es una amenaza.
Me quedé un momento en silencio, observando los cristales azules brillantes en la bolsita. Sabía que la "Familia Cáceres" estaba detrás de esto; esos idiotas de los árabes nunca se hubieran atrevido a invadir otro territorio.
Agarre la pequeña bolsita y me la guarde en el bolsillo de mi chaqueta.
— Informaré a Carligh sobre la situación — respondí con calma, mirando detenidamente los ojos oscuros de Chava. Hice un gesto a Matt para que me siguiera y salimos del club.
No pude evitar sentir nerviosismo, la posibilidad de una cacería desenfrenada dirigida por Carligh hacia el "Clan árabe", se veía cada vez más próxima. En qué basura está pensando La familia Cáceres para querer tanto territorio...
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Laberinto de Estocolmo (Omegaverse)
Genel KurguUna historia contada desde la visión de Teo, un joven omega de personalidad dura, y que trabaja en una pequeña tienda de abarrotes en un barrio conflictivo. Él vive una vida marcada por la pobreza y la violencia, con una madre drogadicta y un padras...