Ese mensaje

22 4 0
                                    

Emma se removió inquieta en la cama. Con Rodrigo habían regresado al departamento después de su conversación en la casa del árbol. 

A pesar de la calidez y seguridad que sentía junto a Rodrigo, Emma no podía conciliar el sueño. Su mente divagaba, recordando lo que había pasado en el día, el juego, la pelea, el beso, el noviazgo. Con cuidado de no despertar a Rodrigo, Emma alcanzó su teléfono en la mesita de noche y vio como la pantalla se iluminó, mostrando la hora 3:27 AM. Y entonces lo vio, ese mensaje que hizo que su mundo diera vueltas otra vez. Un mensaje de Iván.

Su corazón de aceleró. Hacía tanto tiempo que no veía su nombre en sus notificaciones que por un momento pensó que estaba soñando. Con dedos temblorosos, desbloqueó el teléfono y abrió el mensaje.

A medida que leía las palabras de Iván, Emma sintió como si el mundo se detuviera. La disculpa, los buenos deseos, la aceptación de su relación con Rodrigo... todo era demasiado para procesar. Sin hacer ruido, se levantó de la cama y salió de la habitación, necesitando espacio para pensar.


En la sala, Emma se sentó en el sofá, releía el mensaje una y otra vez, cada palabra resonando en su mente. Las lágrimas comenzaron a caer silenciosamente por sus mejillas. ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando finalmente había decidido seguir adelante?

Emma se dio cuenta de que, a pesar de sus esfuerzos por dejar atrás sus sentimientos por Iván, estos seguían ahí, latentes, esperando el momento para resurgir. Y este mensaje había sido la chispa que los había reavivado.

Cerró los ojos, recordando todos los momentos compartidos con Iván. Las risas, las peleas, las reconciliaciones, los sueños compartidos. Eran niños cuando todo había pasado, pero ¿Cómo podía simplemente borrar todo eso de su corazón?

Pero luego pensó en Rodrigo. En su paciencia, en su comprensión, en cómo la había apoyado incluso sabiendo que aún tenía sentimientos por Iván. ¿Sería justo para él que ella siguiera aferrándose al pasado?

Emma se levantó y caminó hacia la ventana. Se sentía dividida, atrapada entre el pasado y el futuro, entre lo que fue y lo que podría ser.

Por un momento, consideró despertar a Rodrigo, contarle sobre el mensaje, pedirle consejo. Pero sabía que esta era una batalla que tenía que librar sola. Tenía que ser honesta consigo misma antes de poder ser honesta con los demás.

Volvió a mirar el mensaje de Iván. Sus palabras parecían sinceras, maduras. Era un Iván que no había visto en mucho tiempo, uno que parecía haber crecido y madurado. Y eso solo hacía las cosas más difíciles.

Emma se encontró imaginando escenarios: ¿Qué pasaría si respondiera al mensaje? ¿Si le dijera a Iván que ella también lo sentía, que también necesitaba tiempo? ¿Que tal vez, algún día...?

Pero entonces pensó en la promesa que le había hecho a Rodrigo apenas unas horas antes. La promesa de intentarlo, de construir algo nuevo juntos. ¿Estaba dispuesta a romper esa promesa por una posibilidad incierta con Iván?


Las horas pasaron mientras Emma luchaba con sus emociones. Vio el amanecer desde la ventana, los primeros rayos de sol iluminando la ciudad y, de alguna manera, arrojando luz sobre sus pensamientos.

Se dio cuenta de que no podía borrar sus sentimientos por Iván de la noche a la mañana. Esos sentimientos eran parte de ella, de su historia. Pero también entendió que el amor no siempre es suficiente. Que a veces, el tiempo y las circunstancias cambian las cosas de formas que no podemos controlar.

Con manos temblorosas, Emma comenzó a escribir una respuesta:

"Iván, gracias por tu mensaje. Significa mucho para mí. Yo también lo siento por cómo han resultado las cosas. Tienes razón, todos merecemos ser felices. Espero que algún día podamos volver a ser amigos. Cuídate mucho."

Antes de enviar el mensaje, Emma lo leyó varias veces. Cada palabra parecía insuficiente para expresar todo lo que sentía, pero sabía que era lo mejor que podía hacer en ese momento.

Con un suspiro profundo, presionó "enviar".

Regresó a la habitación donde Rodrigo seguía durmiendo. Lo observó por un momento, agradecida por su presencia, por su paciencia, por su amor. Sabía que el camino por delante no sería fácil. Que habría días en los que extrañaría a Iván, en los que dudaría de su decisión. Pero también sabía que estaba haciendo lo correcto al intentar avanzar.

Se acostó junto a Rodrigo, quien instintivamente la abrazó en sueños. Emma cerró los ojos, exhausta pero con una extraña sensación de paz. Había tomado una decisión, y aunque dolía, sentía que era un paso necesario hacia su futuro.

Mientras se quedaba dormida, Emma pensó en las palabras de Iván: "Tal vez algún día podamos volver a ser amigos". Quizás, con el tiempo, eso sería posible. Pero por ahora, necesitaba enfocarse en el presente, en la oportunidad que tenía frente a ella con Rodrigo.

El sueño finalmente la venció, llevándose consigo las últimas lágrimas de la noche. Mañana sería un nuevo día, el comienzo de un nuevo capítulo en su vida. Y aunque el camino sería difícil, Emma estaba lista para enfrentarlo, un paso a la vez.

❤️🩹 Desde pequeños ❤️🩹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora