Laberinto emocional

23 5 0
                                    

Iván se despertó con el sonido de su alarma. Estiró el brazo y la apagó, girándose para ver a Catalina, su novia, que dormía plácidamente a su lado. Se levantó suavemente para no despertarla.

Mientras preparaba el desayuno, Iván repasaba mentalmente su agenda del día. Tenía un stream programado para la tarde y luego había planeado una cena con Cata. Todo parecía estar en orden, pero por alguna razón, sentía una inquietud que no podía explicar.

Catalina apareció en la cocina, todavía medio dormida. -buen día amor- murmura Catalina dándole un beso en la mejilla a Iván.

-buenos dias- contestó un poco seco.

Desayunaron juntos, charlando sobre sus planes para el día.


Más tarde

Iván se sentó frente a su computadora, encendió la cámara y comenzó su transmisión.

-¿qué onda gente? ¿cómo andan? bienvenidos a un nuevo stream- saludó con su característico entusiasmo.

Durante las siguientes horas, Iván se sumergió en su juego, interactuando con su chat y haciendo bromas. Sin embargo, de vez en cuando, su mente divagaba hacia pensamientos que no podía comprender del todo. Se encontró pensando en Emma más de una vez, recordando su última conversación.

Cuando terminó el stream, Iván se recostó en su silla, sintiéndose extrañamente agotado. Catalina entró en la habitación.

-¿cómo te fue?- preguntó Catalina. -¿queres salir a cenar?- siguió hablando.

-bien, y si, me serviría salir y despejarme un poco- dijo Iván confundido.

-¿por qué? ¿paso algo?- preguntó Catalina curiosa. -no, todo bien- terminó de decir Iván.

Se arreglaron y salieron rumbo al restaurante. La noche estaba agradable, perfecta para un paseo por la Costanera después de la cena. Mientras caminaban por el restaurante, Iván no pudo evitar notar las miradas que algunos comensales les dirigían, reconociéndolo.

La cena transcurrió tranquilamente. Catalina le contaba sobre su día, pero Iván se encontraba distraído, respondiendo muy seco y sonrisas forzadas.

-¿estas bien? te noto un poco raro- dijo ella. -si, todo bien, solo estoy un poco cansado- contestó Iván rápidamente.

Después de la cena, decidieron dar un paseo por la Costanera. El aire fresco de la noche parecía despejar un poco la mente de Iván. Caminaban de la mano, en un silencio cómodo, cuando de repente Iván se detuvo en seco.

A lo lejos, vio una pareja. Al principio no les prestó atención, pero algo en ellos le resultó familiar. Cuando se acercaron más, Iván sintió como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago. Eran Rodrigo y Emma.

Los observó, incapaz de apartar la mirada. Vio cómo se detenían, cómo Rodrigo se inclinaba hacia Emma y cómo sus labios se encontraban en un beso que parecía sacado de una película romántica.

Iván sintió una mezcla de emociones que no podía describir. Enojo, tristeza, celos... todo se arremolinaba en su interior, amenazando con desbordarse.

-¿Iván?- preguntó Catalina sacando a Iván de sus pensamientos. -¿qué pasa? ¿viste algo?- siguió preguntando ella.

Iván parpadeó, dándose cuenta de que había estado apretando la mano de Catalina con demasiada fuerza. -no, nada- mintió. -solo creí ver a alguien que conocía- terminó diciendo.

Continuaron su paseo, pero Iván ya no estaba presente. Su mente estaba repleta de preguntas. ¿Por qué le afectaba tanto ver a Emma con Rodrigo? ¿No era esto lo que habían acordado? ¿No tenía él a Catalina?

El resto de la noche pasó muy perdido en sus pensamientos. Iván respondía automáticamente a las preguntas de Catalina, forzando sonrisas y tratando de actuar con normalidad. Pero por dentro, era un torbellino de emociones contradictorias.


De vuelta en casa, mientras Catalina se preparaba para dormir, Iván se quedó por el ventanal mirando la ciudad.

Se pasó la mano por el pelo, frustrado. No podía, no debía sentirse así. Él y Emma habían acordado ser solo amigos. Él tenía a Catalina. Todo estaba como debía estar, ¿verdad?

Pero mientras miraba las luces de la ciudad, Iván no podía sacudirse la sensación de que algo fundamental había cambiado esa noche. Y lo peor era que no podía compartir estos sentimientos con nadie, ni siquiera consigo mismo.

-¿venís a dormir?- preguntó Catalina ya molesta por la actitud que Iván estaba teniendo.

-ya voy- respondió Iván un tanto molesto y dando un último vistazo a la ciudad antes de entrar.

Esa noche, mientras estaba junto a Catalina, Iván se dio cuenta de que estaba atrapado en un laberinto emocional del que no sabía cómo salir.

Aunque ¿por qué estaba ahí? Si estaba yendo todo tan bien, porque la idea de ver a su mejor amigo besando a Emma le provocaba celos.

Iván lo sabía perfectamente, pero.... Todavía no era momento de hablar sobre lo que estaba pasando o lo que había pasado. Para eso, necesitaba asegurarse que todo estuviera bien.


La cuestión era ¿cuánto se tardaría en arreglar las cosas?

Y si... Había una forma de arreglar las cosas. ¿Qué era lo que lo estaba impidiendo? ¿Qué estaba pasando realmente?

Solo Iván tenía las respuestas a todas esas preguntas. Pero, todavía no era momento de revelarlas...

❤️🩹 Desde pequeños ❤️🩹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora