❤️🩹 Desde pequeños ❤️🩹

Iván

Tal vez todos veían a Iván como el malo de la historia, pero si supieran cómo es en realidad, no lo dirían de nuevo.

Por cobarde e imprudente, hasta el día de hoy Iván había perdido a Emma, parecía haber avanzado con Rodrigo. Iván nunca planeó que las cosas fueran así y jamás creyó que su vida cambiaría tan drásticamente, que llegara al punto de no conocerse a él mismo. 

Los aplausos de esta actuación no eran para Iván, sino para él que manejaba a la marioneta que era. Iván no era de palo, ni tenía hilos, pero era como si fuese una marioneta, lo manipulaban de una forma increíble, realmente parecía que no podía hacer las cosas por él mismo. 

Él sabía que era injusto lo que le hacía a Emma, pero no tenía la potestad de detener todo eso, no todavía, pero veía como esa mentira crecía y crecía y parecía que jamás tendría un final.

Pero ¿Qué podía hacer Iván? En el lugar de Emma también se enojaría repetidas veces con él y tampoco quisiera hablarle, ni le daría una oportunidad. Pero, aunque Iván creía eso, él sabía que Emma le dio y le daría varias oportunidades siempre.

Si Iván tuviera que elegir con quien quisiera ver a Emma, sería con él y sobre todas las personas, pero ella no lo quería a él, al menos no en la situación en la que estaban. Pero mínimo saber que ella no amaba a Rodrigo como lo amaba a él le daba cierta tranquilidad, porque si las cosas volvieran a su "lugar", Emma estaría con él.

Iván se encontraba atrapado en un laberinto de su propia creación, un laberinto de mentiras y secretos que amenazaba con devorarlo por completo. Cada día que pasaba, sentía que se hundía más profundo en el fango de la desesperación. Sus ojos, antes brillantes y llenos de vida, ahora reflejaban una tristeza infinita que parecía no tener fin.

En la oscuridad de su habitación, Iván tomó una decisión. No podía seguir siendo una marioneta, no podía seguir permitiendo que otros controlaran su vida y lastimaran a las personas que amaba. Era hora de cortar los hilos, de enfrentarse a sus miedos y luchar por lo que realmente importaba.

A la mañana siguiente, Iván se levantó con una determinación que no había sentido en mucho tiempo. Sabía que el camino sería difícil y peligroso, pero estaba dispuesto a enfrentar las consecuencias de sus actos. Comenzó a recopilar pruebas, a buscar aliados, a prepararse para la batalla que se avecinaba.