Destinos Distintos

Capítulo 4.

—Si quiero.—Hablé sin pensar pero me sorprendí de lo convencida que soné.

—¿Q...que dices?—dijo sin poder creerlo.

—Que acepto irme contigo.

Su rostro se iluminó y me abrazó dándome vueltas en el bosque.

—¡Genial, no puedo creerlo!—dijo sin poder contener su emoción— Partiremos en la noche—con su amplia sonrisa me volvió al suelo algo mareada—en seguida vuelvo, tengo que buscar a Ginta y a Hakkaku para darles instrucciones. ¡GINTA!—desapareció detrás de un remolino, y a mi dejándome perpleja, parpadee un par de veces y seguí mi camino.

"Seguro el iba cuidarme mientras me bañaba", pensé con sarcasmo, ja... me sonreí a mi misma de lo bien que me sentía ahora.

Llegué a las aguas termales y me desnudé, me quite la venda al entrar mi cuerpo agradeció el agua caliente, después de todo me había caído y mis músculos aun seguían tensos, lástima que Sango no estuviera para acompañarme, aun así por fin podía estar sola. El agua era tan relajante...

Debí dormitar porque al abrir mis ojos, Shippou estaba en una roca sentado con expresión triste.

—¿Te vas Kagome?—dijo al borde de las lagrimas, era tan tierno mi pequeño...

—Shippou...—es verdad, había olvidado lo difícil que sería separarme de mis amigos, en especial del pequeño Shippou—yo... no puedo seguir...

—Es por culpa de ese bruto de Inuyasha ¿verdad?. Koga tiene razón, él te hizo algo y por eso haz estado triste...

¿Qué podía responder a eso? Shippou siempre ha sido astuto y observador, incluso más que Inuyasha a pesar de su diferencia de edades.

—Yo te entiendo Kagome,—dijo quitándose sus pequeñas lagrimitas de su carita—y quiero apoyarte en esto por más difícil que sea—dijo con vigor y mirando hacia arriba, me hizo sonreír—tu mereces a alguien mejor, que no tenga miedo de decirte lo que siente—oh-oh, tenía que pararlo—creo que Koga te haría muy feliz—¿qué dice? Comencé a vestirme para platicar con el con más calma, que bueno que había llevado un cambio extra de mi casa, me puse una blusa de tirantes y una falda que me había regalado Sota en navidad, cuando terminé me acerque a Shippou para tomarlo en mis brazos, y él me abrazo el cuello.

—Shippou... Koga solo me ayudará a completar la Perla de Shikon, para poder volver lo más pronto posible a mi era.

—Entonces ¿te quieres ir y no volver más?—
-Shippou, no pienses en eso aun falta mucho, la recolección de los fragmentos nos llevara tiempo. Así que no tenemos que pensar en eso aun.dijo en un puchero.

—Pero... pero...—el pequeño hizo pucheros y sus ojos esmeraldas se humedecieron... ¿qué hago? No quería que volviera llorar—¿Puedo ir contigo?, Anda Kagome quiero estar contigo, porfis, porfis.

—¿Quieres venir conmigo?—dije extrañada. Sería como llevarme una parte de mis amigos conmigo, a demás Shippou aun necesitaba de mi, sonreí ante la idea—Si Shippou, claro que puedes venir con nosotros.

Lo abracé y el pequeño estaba feliz al igual que yo, ahora todo lo comenzaba a ver diferente, ya no me sentía tan mal, tal ves lloré tanto que ya no me quedaban mas lágrimas, o tal ves dejé que el dolor me invadiera tanto que ya no sentía la diferencia.

Observé el agua resplandeciente por el reflejo del amanecer y recordé que ahí había sucedido todo...de pronto quise huir de ahí otra vez, y me sentí sucia...

—Shippou—le dije agarrando mis cosas del suelo y tomando el camino de vuelta- no puedes decir nada a cerca de que nos iremos, hasta que tengamos que decir adiós.