Capitulo 8.

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Mientras corría dejé a tres serpientes caza almas... Kikyo estaba muy insistente en verme, pero ahora menos que nunca podía detenerme, y darme el lujo de verla. 

Kikyo... como negar lo que vieron sus ojos... esa noche estaba lleno de frustración, Kagome había estado a punto de salir muy mal herida si no es que muerta, la pelea de Naraku como siempre fue a base de trampas, me había cegado con un as de luz incandescente mientras el ataque real iba dirigido a ella... la sangre abandono mi cuerpo por el terror, cuando se despejo el impacto Sesshomaru se encontraba frente a ella abrazándola, su espalda había recibido el impacto, dejándolo herido y con la espalda a la intemperie... 

Si no hubiera sido por Sesshomaru...sacudí mi cabeza.

"¡No te quiero aquí!, ¡solo estorbas no entiendes! No puedo concentrarme el la batalla porque siempre te metes en problemas." Ahora como quisiera haber ahogado esas palabras, claro que no me molestaba salvarla, yo vivía para protegerla.

"En verdad, es lo que quieres" su voz estaba llena de desolación, quise retractarme en ese instante pero tenía que ser fuerte. 

"!Tonta! por algo te lo estoy diciendo!". Debí detenerla en el momento en que la vi llorar, pero creí que llegaría al pozo y se iría a su época, pero en vez de ir de tras de ella...

Me dirigí sin rumbo en el bosque diciéndome una y otra vez que hacía lo correcto, cuando levante la vista tenía almas y serpientes caza almas a mi alrededor, las seguí teniendo, la esperanza de encontrarla. Las criaturas me llevaron a las aguas termales que estaban al cerca de donde acampábamos pero no había nadie. 

Decidí entrar y retrasar mi llegada al campamento, le daría un respiro a Kagome para que pensara que era lo correcto. Me quite mis ropas dejando mi piel sudada y sucia expuesta, entre al agua sintiéndola a gloria, no me había dado cuenta de lo duros que estaban mis músculos, me recargué en una roca y cerré mis ojos, concentrándome pensando en si tal vez había sido muy duro con ella, se sentía tan confortable el agua caliente en mi cuerpo. Sentí el tibio vapor en mi rostro y el olor al agua mezclada con tierra y césped fresco llegaban a mi cabeza provocando que comenzara a anestesiarse,

"Me quedaría toda la noche...!", había pensado al soltar el aire de golpe.

"Te ves agotado Inuyasha" ,Su voz cantarina puso en alerta mi cuerpo...

Abrí mis ojos de golpe, pensando que había sido imaginación mía esa voz, pero no había sido así, porque si no, entonces estaría aun en un sueño glorioso, en donde me encontraba en un cielo con el mas bello ángel carente de alas.

Ella estaba totalmente desnuda, frente a mi resplandeciendo con sus almas que se reflejaban en su tez blanca bañándola de una luz blanquecina, haciéndola parecer de suave marfil pulido, sus ojos chocolate oscuro reflejaban el brillo que nos rodaba dándoles vida y sentimientos, era un espectáculo hermoso que me había dejado sin palabras, su hermosos cabellos azabache caía al frente cubriendo sus pechos los cuales inconscientemente desee tocar. 

Kikyo entro al agua poco a poco sin romper su mirada con la mía, no podía moverme, no quería moverme, a menos que fuera para su encuentro, cada paso que daba era vida para mi cuerpo, mi sangre comenzó a reaccionar, aumentando a su antojo hasta tenerla frente a mi, suspire para oxigenar mi cerebro el cual se había quedado pasmado igual que yo, su aroma entro en mi con ayuda de mi olfato, un aroma a tierra y cadáveres el cual había sido disimulado con flores silvestres y menta, entonces mis palpitaciones aumentaron exigiendo su tacto, avance los pasos restantes que nos mantenían alejados, con esta mínima cercanía su belleza era inmaculada, alcance su mejilla con mi mano, rozándola suavemente como hace 50 años no lo hacía, era tan suave como recordaba. 

El silencio se prolongó como si no necesitáramos palabras para comunicarnos, solo escuchábamos el viento golpeando nuestros cuerpos y nuestras respiraciones inquietas. 

Kikyo posó la palma de su mano con delicadeza sobre mi pecho de acero pasándola por mi hombro para recorrer mi espalda erizando cada poro de mi piel, su frío y suave tacto era alucinante, se levanto con las puntas de sus pies para alcanzar mis labios y yo me agache para recibirlos, nos envolvimos en un beso furioso son sed de ambos.

Fue como si todo a nuestro alrededor desapareciera y solo estuviéramos ella y yo. Su lengua exigía el roce de la mía y le respondí desesperado con un deseo compulsivo de su sabor. Mis manos pasearon por su suave y expuesta espalda aprontándola mas a mi, terminamos el beso y la tome de su nuca para dejar libre su cuello y poder saborear su piel con mis labios causando que ella se estremeciera en mis brazos. 

Sentí como me endurecía en respuesta, quería sentirme dentro de ella sin perder tiempo, mi mano derecha resbalo sin despegarse de su piel hasta llegar a su delicado trasero de marfil, y luego a su gélida pierna. Ella respondió de inmediato dando a entender que ella también sentía esa urgencia de mi, dejo que levantara su pierna a la altura de mi cintura y subiendo la otra para rodearme con ambas mientras yo la rodee con mis brazos para así poder introducirme en ella lentamente, causando que ella apretara mis hombros con sus manos y sus muslos en mis costados de la cintura.

"INUYASHA"... pronunció mi nombre en un suspiro apasionado. 

Su zona íntima era tan caliente y húmeda que seguí perdiéndome en todas las sensaciones que que nos daban nuestros cuerpos, nuestras respiraciones agitadas, sus besos, su aroma, su piel, sentí como mi deseo aumentaba me senté nuevamente en la roca bajando mis labios a sus pechos excitados. 

"Mmm.." su gemido entro por mis oídos provocando una corriente eléctrica que corrió de mi nuca hasta mi espalda, haciendo que me irguiera de golpe, causando una envestida que me hizo llegar hasta lo mas profundo de su intimidad 

"¡Oh por todos los Dioses!" pensé... ambos comenzábamos a llegar a la cima en una revolución de sensaciones y gemidos involuntarios.

Nos hundimos en besos y caricias el resto de la noche como hace mucho tiempo no lo hacíamos, deseando que la noche no terminara nunca para no tener que separarnos un vez más.

Recuerdo que no quería volver, quería quedarme a su lado pero algo me gritaba que debía volver de inmediato. Cuando llegue al campamento nos dimos cuenta de la ausencia de Kagome...

Ahora no se que era lo que sentía ¿arrepentimiento?. Esa felicidad que sentía en esa noche hoy se dispersaba. Ella lo había visto todo. TODO. ¡¡Maldición!!

¿Cómo actuará cuando me vea...? 

No me importa, la tomaré en mis brazos y no la soltaré... ¡Kagome!.... mis ansias de verla eran muchas ¡y este maldito camino no terminaba!

Mi corazón giraba sobre si... ¡Rápido Inuyasha!

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