Capítulo 28.

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Cuando llegue a la choza estaba temblando de pies a cabeza, no podía entrar así, por lo tanto me quede a un lado escondiéndome entre la noche, no se como tuve el valor de decir todo lo que dije, aun estaba en mi cabeza el rostro de Inuyasha, era desconcertado y parecía un niño perdido, poco me faltó para lanzarme a consolarlo... por eso decidí alejarme y volver, además ya no teníamos nada de que hablar por ahora...resbale poco a poco pegada a la pared de la choza, mi adrenalina comenzaba a desvanecerse... y cuando menos lo pensé comencé a llorar.

—¡Inuyasha! Kagome no está...—era Sango quien pudo verme desde donde estaba...

—¿Que fue lo que paso? Kagome porque estas así...

Ella me abrazó, y se dio cuenta de que no podía hablar por ahora así que solo me abrazo hasta tranquilizarme, sin darme cuenta me quedé dormida en su regazo...

Cuando desperté la luz del día comenzaba a caer Sango me vio con preocupación como si esperara que volviera a romper en llanto...

—Lo siento Sango, no quise preocuparte.

—No te preocupes, que fue lo que paso Kagome, ¿porque estabas así?

Le conté a Sango hasta el último detalle de la noche anterior, ella no dijo nada, solo asentía en algunas ocasiones.

Ya no era necesario que alguien me consolara, ya que no me sentía mal, todo lo de la noche anterior supongo que había sido un cierre, y tenía que desahogarme en esa lucha de emociones.

Koga salió de la casa y en silencio se sentó a mi otro lado su cara era la de pocos amigos, parecía preocupado por mi...

Rayos... ¿a caso me habrá escuchado llorar toda la noche? Al ver su rostro supuse que si. Y era de esperarse ya que al notar por el cielo ya era demasiado tarde, creo que pase dormida todo el día.

—Tranquilos en verdad ya estoy bien, ya paso.

—¡Ay Kagome! Me revienta verte así.

—Jaja ya ya solo era un desahogo ya paso- dije sonriendo y moviendo mi mano indiferente.-Entonces... Koga, me dirás hoy que es lo que pasa, ¿cierto?

—Claro, como lo prometí—dijo cruzando sus brazos tras su nuca

Él, al ver mi cambio de ánimo me sonrió con un brillo travieso en sus ojos zafiros, y la sonrisa que me gustaba.

—¿Qué pasa?

—Nada Kagome, que me gusta verte bien.—me sonrojé

—Bueno yo, iré a bañarme, mi rostro no debe verse nada amigable después de lo de anoche.

—Te ves hermosa—dijo él tocando tiernamente mi nariz con la punta de su índice-no pude evitar sonreír.

Pasé por mis cosas de baño a la choza, por un instante creí ver algo extraño sobre el techo pero al volver a mirar no había nada, tal vez la inflamación de mis ojos ya me estaba haciendo jugadas.

Salí enseguida para volver lo más pronto posible. Tomé un camino diferente, ya que en uno de mis aburridos días la anciana había dicho de un nuevo sauna que habían encontrado los aldeanos.No será difícil encontrarlo, después de todo esta es la parte de la  región que más conozco.

 Así como lo pensé no fue nada complicado, y era mas hermoso que las aguas termales, el agua era cristalina totalmente, y las rocas parecían pulidas por humanos pero eso lo dudaba ya que casi nadie había pisado el lugar hasta hace pocos días. Había un olor tan delicioso que se mezclaba con el vapor causando un ambiente aromático exquisito.

Me metí en el agua caliente tratando de olvidar todo lo que pudiera pensar que me entristecería, y lo primero que vino a mi mente fue mi ángel caído, sonreí como tonta recordando cuando Lovin y el resto de las lobas lo hacían mientras estaban en casa "así te has de ver tu ahora Kagome"

Destinos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora