Capítulo 29.EL

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"¡Maldición Kagome! En donde diablos estás"

No entiendo que problema tenía esta mujer con las órdenes que se le daban, lo único que tenía que hacer era permanecer en casa ¡SOLO ESO!, pero no. Ella tenía que irse a donde le placía.

Lo único que rogaba era que estuviera fuera de las manos de Naraku... si no... la piel se me puso de gallina. 

A pesar de que se ella había puesto punto final a nuestra historia ese infeliz sabía que ella era mi punto débil y no pararía hasta dañarme con ella como blanco.

Ahora gracias a que ella no se pudo quedar quieta todos estábamos buscándola desde la noche anterior, temiendo lo peor como siempre. Lo que en verdad me tranquilizaba era que si ya la hubiera capturado, también hubieran venido por mi ya que esa había sido su amenaza, el la mataría frente a mis ojos, cosa que nunca le permitiría.

Llegue a una laguna que había sido descubierta hace poco, definitivamente ella había estado aquí su olor estaba en todo el lugar, y otro mas que me desagradó presenciar, el pelo de mi nuca se puso de punta, el hedor de Sesshomaru... ¡a caso no podía yo tener un minuto de paz! 

"Que te preocupa Inuyasha, el ha dejado en claro que su menor interés es matarla o dañarla" Claro que eso no me preocupaba... mis entrañas se contrajeron...

El rastro me llevó a una distancia considerable... mi mente empezó a jugarme imágenes... esta distancia solo podría recorrerse volando... vino a mi mente Sesshomaru tomando a MI Kagome en sus brazos otra vez, eres un idiota Inuyasha, tienes la seguridad del odio que tiene Sesshomaru a los humanos.

Algo no me gustaba en el bosque, estaba demasiado tranquilo, ni un animal un monstruo, ni un alma, no los culpaba mi instinto también me avisaba que algo pasaría así que tenía que darme prisa en caso de que el causante de esto fuera Naraku.

Torpe Kagome, su olor ahora se veía mezclado con el de él... ¿por qué? ¿por qué? No podía responderme esa pregunta, que tenían que hacer juntos...

Entonces la preocupación se disipó al verla a orillas del peñasco sentada con una túnica extraña que quise reconocer pero sin lograrlo...

—K...—antes de lograr llamarla vi sus ropas que suele llevar hechas pedazos sobre la tierra ¿qué le había pasado? Todo tipo de cosas malas paso por mi cabeza... no había estado para protegerla... ese maldito de Sesshomaru... todo el lugar apestaba a el, a caso el la había herido.. ya sabía que no podríamos fiarnos de él—Kagome...—dije presuroso y agitado por espanto esperando que ella se lanzara a mi para calmar el miedo que cualquier cosa le había provocado.

Ella se giró a mi, y me confundí al ver que al que temía era a mi, su cara expresaba miedo y preocupación. Me veía con los ojos abiertos como platos, ¿a caso pensaba que le haría algo malo...? por un instante creí que tal vez me había convertido en bestia pero era imposible ya que cargaba conmigo a Colmillo de Acero...

Detrás de ella llegó mi rival, a quien note extraño como si faltara una pieza en él, el maldito Youkai alvino, Kagome al ver que reaccionaba ante su presencia giró su cabeza hacia él dejando ver una enorme marca violeta en su cuello recorrí su cuerpo el cual estaba tapado por la túnica la cual le quedaba en extremo grande, entonces vi que en su antebrazo también tenía marcas violáceas en forma de dedos... maldito infeliz la hirió, la hirió.

Me lance a Sesshomaru con mis garras, claro que no usaría a colmillo esta ves quería sentir su carne cortarse por mis mismas garras, solo pude escuchar que Kagome me gritaba para calmarme, a caso quería que dejara esto sin castigo después de que la hirió, ella cada vez estaba más loca.

Destinos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora