Capítulo 22.

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—¡Porque reaccionas así bestia, se supone que estamos del mismo lado animal!

—Pues deja de decir tonterías...

—Cállate y escúchame, no quiero que Kagome se entere de esto, sé que si se entera hará alguna locura, debemos estar alertas en caso de que veamos a algún secuaz de Naraku. Y sobre todo debemos de alejar a Kagome de aquí.

¿Quería alejarla, en serio...? 

—¿Y que harás para eso?—solo quería escuchar su propuesta...

—No lo sé, pero no estoy dispuesto a perderla, ni loco permitiré que ese malvado le ponga las manos encima—el tipo realmente estaba inspirado por el coraje.

—No lo haré Koga.—dije despectivo con mi voz socarrona. El no era nadie para mandarme. 

—¿Qué?—soltó con incredulidad.

—Lo hice un vez, intente alejarla y mira todo lo que pasó, aprendí mi lección lobo. Si quieres intentarlo hazlo pero esta vez seré yo quien la mantenga aquí.

Sonrió maliciosamente... 

—¿A si?, ¿y que harás?—su voz burlona me cabreo, me estaba provocando por que nos sorprendió a Kikyo y a mi

—¡No quieras chantajearme lobo sarnoso!

—¿Chantajearte?—contestó con burla— Por supuesto que no, hasta yo se que eso sería despreciable. No me importa lo que vi, ni siquiera le diré a Kagome, ya suficiente ha tenido de ti—Maldito lobo estaba tan seguro de si mismo ahora, que me rabiaba la manera en que hablaba—así que no tienes de que preocuparte, no me importa lo que hagas con tu vida.

—¿Parece que la tregua entre nosotros termino no es así?—dije satisfecho de decirlo.

—Si, así parece—dijo dando la vuelta para retirarse—solo no olvides que tu parte aun es mantener los ojos abiertos por si ves algo extraño—me dijo desde atrás de su hombro.

—Bueno solo recuerda que fuera de eso mi meta es matarte. 

—Si bueno, hay algo más que tengo que decirte y lo olvidaba—regreso a pararse frente a mi—creo que debes saberlo...—dijo con descaro—Le pedí a Kagome que fuera mi esposa.—sentí como el Inuyasha asesino me poseía y echaba humo por las orejas—lo que me tranquiliza es que... según parece eso a ti ya no te importa...

Todo el coraje que había acumulado se disolvía ante ese golpe bajo, el maldito me dio la espalda y se giro para retirarse, dejándome enmudecido... 

—¡Aaaaa! —golpee con mi puño el árbol el roble que estaba frente a mi, lo golpee una y otra, y otra vez hasta sentir que descargaba mi rabia, la corteza del roble ya estaba verde y soltando sabia por los golpes cuando deje de maltratarlo. 

"¡Si me caso o no con Koga es mi problema! ¿si tu eres feliz po...."

Ese día la había interrumpido porque no quería seguir escuchando las boberías que me parecía que estaba diciendo. Pero estoy seguro que quiso decir "¡Si tu eres feliz porque no me dejas serlo!" claro que ella sería feliz, pero conmigo.

Ví el Roble que estaba derramando esa baba transparente por mis golpes y recordé que hace un momento estaba ahí con Kikyo.

Maldita sea ¿que es lo que estoy haciendo?

Comencé a sentirme avergonzado de lo que acababa de sentir. Quería matar a Koga por tan solo desear unirse por toda la vida con Kagome, y acabo de decirle a Kikyo lo mucho que la amo y al mismo tiempo me prometí estar para ambas.

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