Capítulo 31.EL

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 Maldito lobo, por fin pude quitarme unas cuantas ganas que le traía, estúpida Sango, no podía evitar sentirme traicionado por todos. Ella, más que nadie... la creía mía, pero...

Prometí hacerme a una lado, y eso hare, no sin antes enfrentarlo una última vez. El sabría que no estoy resignado a perderla.

Aun sentía extraño el bosque, ni un alma estaba por los alrededores. En cuanto me interné en el bosque había captado su olor, seguramente el ya me esperaba, ya que por lo que vi, ambos estábamos interesados en esto.

Su hedor me llevó hasta un valle, el sol comenzaba a bajar, cuando sentí un golpe en mi espalda haciéndome caer y en un segundo lo tenía sobre mi empujando su Tokijin contra mi Colmillo de Acero. Mi cuerpo gritó de dolor debido a que aun no estaba recuperado de las heridas de la ultima batalla.

-Eres un insensato, vienes a buscarme en ese estado... no cabe duda que eres estúpido.-dijo con notas de burla.

-Puedo derrotarte como sea.-lo aventé lejos de mi para incorporarme, y rápidamente chocamos nuestras espadas nuevamente, un combate uno a uno... ¿eso buscaba?

-Mejor di a que has venido.-dijo tomando como impulso mi espada.

-Es obvio ¿no?. Que buscas con Kagome...

-¡Eso no es asunto tuyo!- estábamos a una distancia considerable uno del otro.

-Claro que lo es, todo lo que tenga que ver con ella es asunto mío.

-Eso ya no será así.-sentí que algo me pesaba en el estomago ante eso.

-No me hagas reír Sesshomaru, ¿en verdad quieres que crea que sientes algo por ella?-el maldito se mantenía sin expresión alguna, como siempre no planeaba responder.

Sus ojos fríos y calculadores se mantenían en mi, ojala supiera que estaba pensando... envaino a Tokijin, perdiendo interés en mi.

-No tengo la necesidad de perder mi tiempo contigo.

-Pues vas a tener que hacerlo.

-¿Sigues desafiándome... hermano?

Tuve un mal sabor de boca cuando dijo esa palabra, aun así su burla me la pasaba por donde mas me placía.

-Deja de jugar Sesshomaru. Tu nunca admitirías interés por una humana, sin embargo en este caso... ni siquiera das excusas.

-Ya te dije que no te entrometas-el tipo definitivamente no estaba dispuesto a contradecirme, para mi desgracia eso quería decir que si tenía sentimientos por ella.

Envaine mi espada también.

-Sigo sin entender porque estás aquí. ¿Qué acaso ella no te alejo de mi para salvarte? Eres tan insensato como para hacer que sus esfuerzos sean en vano.-Eso fue como un golpe en la boca de mi estomago. Grr...

-Cállate infeliz-de un momento a otro había perdido el sentido que tenía el haber venido. No tenía más que decirle...

Había imaginado una escena distinta, no lo se, mas pelea, más sangre, pero para eso yo tenía que provocarlo, el no estaba interesado en pelear conmigo, y yo no tenía razones para hacerlo.

Ella había tomado su decisión y herirlo a el era herirla a ella... tal vez él también pensaba lo mismo, por eso no me mató.

¡Ay! Maldito Sesshomaru, ahora me molestaba más la idea de que le debía la vida porque ahora ha decidido ser.... ¡Aaa!

-¿Desde cuando has decidido ser buen samaritano?-dije sin poder evitar mi burla.

Siguió sin un ápice de reacción. Como me molestaba este tipo, odio su manera de mantener el control.

Destinos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora