Anton • riize (parte dos)

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Estaba muy nerviosa, sus manos temblaban y sentía que en cualquier momento su corazón se saldría de su pecho.

Estaba en el lugar de encuentro, dónde Anton le había enviado por mensaje que se vieran. Las personas iban y venían y estaba al menos agradecida de que él la hubiera citado en esa bonita cafetería.

Debido a la ansiedad ella ya había ordenado un café para tratar de relajarse, pero cuando el castaño apareciera le invitaría algo, por adelantarse a ordenar.

Estaba concentrada viendo las bonitas plantas que adornaban el lugar cuando algo frente a ella le obstruyo la vista.

Anton.

Ya había llegado y tomó asiento frente a la pequeña chica, mostrándole una bonita sonrisa cuando sus ojos redondos y brillantes lo miraron. Pero odió ver el miedo y la vergüenza en ellos, por lo que se apresuró a aligerar el ambiente antes de que _____ saliera corriendo.

—Hola, florecita. Veo que ya has ordenado. ¿Tienes antojo de un postre? Yo te lo invito, me pagaron ayer y tengo suficiente dinero para invitarte algo delicioso que te guste —habló amablemente, esperando que ella pronto dejara de estar tan nerviosa.

—C-claro...—se aclaró la garganta, Anton se veía muy bien y ella era un completo desastre, no quería humillarse más hablando como una tonta—. Muchas gracias, Anton.

El chico le sonrió y le habló a uno de los meseros para ordenar un té para el y un pastel de chocolate para la chica.

Sabía que a ella le encantaba el chocolate, así que eso fue lo que le pidió.

Mientras esperaban a que el joven mesero les trajera sus pedidos Anton decidió abordar el tema de una vez por todas.

No quería que ella siguiera sintiéndose incómoda.

—Te pido disculpas por los mensajes que te envié, estuvo mal de mi parte y realmente espero que me perdones —ella iba a decir algo pero Anton continuó hablando. Quería decirle que la que debería disculparse era ella, por la foto tan explícita que le envió, era una idiota y realmente estaba muy avergonzada—. Sobre lo otro, quiero decirte que fue muy... impulsivo de tu parte enviar esa foto, pero estoy agradecido de que fui yo al que se la enviaste. Escucha, cariño... —se acercó un poco más y tomó una mano de _____ con la suya, acariciando suavemente sus dedos sin romper el contacto visual—. No es correcto. No puedes ir por la vida enviando esas fotos, puedes tener problemas y encontrarte con alguien que haga mal uso de ellas. Debes tener más cuidado. Entiendo que a tu edad también tienes tus necesidades pero no es necesario que hagas esas cosas para que un chico te preste atención. Eres muy hermosa, la chica mas linda que mis ojos han visto, la persona que te enamore realmente será afortunada y te aseguro que no soy el único que piensa eso. Solo debes ser paciente, no tienes porque apresurar las cosas, deja que todo fluya y verás que todo saldrá bien. En serio, _____, hazme caso, me preocupo por ti y no quiero que nadie te haga daño. Y puedes confiar en mi, no tome nada de capturas. ¿Me prometes que no lo volverás a hacer? —ella asintió y una lágrima traicionera alcanzó a salirse de su ojo y deslizarse por su sonrosada mejilla.

Es que él era muy buena persona.

Anton se sintió conmovido y rápidamente estiró su mano para limpiar sus lágrimas.

—No llores, florecita. No me gusta verte hacerlo —_____ agachó la mirada a su café y se sintió mal por alguna vez juzgar mal a Anton, no era malo, tenía su fama pero ¿quién le aseguraba que todo era verdad? Siempre se corrían rumores de él y de su hermano y algunas veces eran tan ridículos que le provocaba gracia a la menor. Volvió a mirar al castaño y le sonrió.

Era un ángel.

—Lo siento, Anton. Prometo que jamás volveré a hacer una cosa como esa, y también me disculpo si te hice sentir incómodo, lo siento.

—Ya, ya, no tienes que seguir disculpándote, te dije que no pasaba nada así que quita esa cara triste porque ya viene tu pastel —ambos se sonrieron y a _____ se le hizo agua la boca cuando el mesero le trajo su  rebanada de pastel.

—¡Se ve delicioso!

—Que lo disfruten —dijo el mesero y se retiró.

Anton le dió un sorbo a su té frío y sonrió al ver a la chica tan contenta con su pastel.

Era adorable.

Ella lo probó y chilló emocionada por lo delicioso que era el chocolate. Miró a Anton y le ofreció un poco. Él aceptó y abrió la boca esperando a que _____ le diera un poco. Ella con las mejillas sonrosada lo hizo, sintiendo esa emoción en su interior. No estaba de más decir que tenía un pequeño enamoramiento con Anton, pero no se había dado cuenta hasta este bonito momento que estaban compartiendo.

Anton masticó lentamente y asintió, estando de acuerdo en que el pastel estaba muy rico.

—No soy muy fan de las cosas dulces pero este pastel está muy bueno, fue buena idea invitarte aquí, mi hermano me dijo que aquí servían los mejores postres y veo que tuvo toda la razón —____ le sonrió tomando otro poco de pastel con la cuchara para darle al castaño y él se lo comió gustoso, sintiéndose contento por ser alimentado por la menor.

—¿Por qué me pediste que tuviera sexo contigo? —ella casi que escupe el pastel por su repentina pregunta—. ¿Qué te llevó a la idea de que yo era el indicado para hacerlo?

—N-no lo sé, yo solo me dejé guiar por lo que dicen de ti en la escuela. Sé que tienes experiencia, así que supuse que sería bueno h-hacerlo contigo... —susurró al final, realmente se sentía mal pero quería ser sincera con él.

—¿Qué dicen de mi? —Anton prestó total atención a la chica y odió que ella pensara lo mismo que todos pensaban de él en la escuela.

Era su culpa, realmente era un mujeriego y muchas veces habló mal de las chicas con las que se acostaba, pero hace tiempo que se había prometido a sí mismo que iba a cambiar todo eso. Porque sabía que si alguna vez quería tener algo serio con la chica que le gustaba, el debía ser mejor persona para sentirse merecedor de ella.

Hace tiempo que no salía con nadie, que rechazaba las ofertas de c*ger sin ningún tipo de compromiso. Estaba harto de hacer eso todo el tiempo. Ya no asistía a las fiestas que los tontos compañeros de su facultad organizaban, ya ni siquiera acompañaba a Eunseok a ese bar donde solían ir a tomar hasta perder el conocimiento sin que sus padres se dieran cuenta.

Ya hace tiempo que había dejado de ser ese Anton, y quería demostrárselo a ______.

—Q-Que eres un mujeriego y que no te importa follar con quién sea mientras tengas un buen momento de placer... Así que... —_____ dejó las palabras en el aire, se sentía mal e incomoda diciéndole eso a Anton.

Él se veía avergonzado, quizás hasta enojado.

Pero estaba enojado consigo mismo, por lo idiota que había sido desde que tiene uso de razón. La verdad si pudiera cambiar algo sería su patética actitud y todo lo que hizo con cada una de esas chicas con las que se acostó, fueron tantas que ni siquiera puede recordar el nombre de ninguna. Esas malas amistades que conoció cuando ingresó a primero de secundaria, desde ahí todo se había descontrolado. Tanto Eunseok como el se dejaron llevar y con tal de quedar bien con los idiotas que se juntaban, entraban en su juego sin pensarlo.

Ahora _____ estaba frente a él, y no sabía que decir, negarlo o poner alguna excusa, porque todo era verdad. De esa manera solía expresarse, así era él, así fue al menos hasta que notó a _____ y se dió cuenta lo maravillosa que ella era. Ella fue la razón principal de querer cambiar y convertirse en una mejor persona.

Anton iba a responder algo a la menor, pero la vibración de su teléfono le hizo desviar su atención.

"Que linda chica, ¿Por qué no la compartes conmigo, Anton? Te veo en el lugar de siempre, no llegues tarde. Ya sabes lo que pasará sino apareces..." Desconocido.












































la neta no estoy satisfecha pero algo es algo xd

gracias por leer ^^

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