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Jungkook • bts

Ya eran más de las 12:30 de la madrugada, y tu esposo aún no llegaba a casa.

Estabas recostada en el sillón de la sala de estar, con el televisor encendido pero hace rato que habías dejado de prestarle atención a la película que se estaba reproduciendo porque el sueño había comenzado a apoderarse de ti. Bostezos se escapaban de tu boca cada diez segundos y sentías que no tardarías en quedarte dormida.

Pero te preocupaba Jungkook...

Estaba teniendo horas extras en el trabajo y te preocupaba su salud, la cual había descuidado por querer dar lo mejor de si en su trabajo. Por lo que no querías irte a la cama sin antes haberlo visto y asegurarte de que él comiera algo antes de irse a dormir.

Tu espalda te estaba matando, tu embarazo ya estaba muy avanzando y solo querías pasar en cama todo el día, pero la ginecóloga te había dicho que eso no era muy recomendable, ni para ti ni para el bebé, tenías que mantenerte activa y en movimiento aunque tú no lo quisieras.

Era por eso que este día lo habías aprovechado para limpiar todo el departamento, desde limpiar las ventanas y aspirar los pisos y alfombras. Aspiraste los sofas, enceraste los pisos y lavaste la estufa y todos los trastes sucios, pusiste a lavar todo la ropa sucia en la lavadora y lavaste a profundidad el baño que tenían en su pequeño pero acogedor hogar. Lavaste todas las sábanas de su cama y pusiste unas nuevas y limpias que olían a tu suavizante favorito con olor a manzana. Te sentías en paz cuando toda la casa estaba así de limpia. Te traía paz mental. Era por eso que ya no aguantabas el dolor de espalda y la hinchazón de tus pies, hoy de verdad habías hecho mucho esfuerzo físico, era justo que te tomaras un descanso como de un año.

Ya estabas al borde de la inconsciencia cuando el sonido de la puerta abriéndose te trajo de vuelta a la realidad.

Tus ojos somnolientos se dirigieron a ese lugar y sonreíste perezosamente cuando viste a Jungkook, tu esposo.

Ya estaba en casa.

—¿Por qué aún no estás en la cama?

—Primero un saludo, ¿No? —él sonrió un poco apenado y dejó su abrigo y su maletín en un costado del sofá para acercarse a ti y darte un pequeño beso en los labios.

—Hola, cariño —te dijo separándose de tu rostro, pero no dejaste que se alejara mucho y lo abrazaste, pegándolo a ti.

—Hola. ¿Por qué otra vez llegaste tan tarde?, ¿Ese tonto de Jimin sigue dejándote más trabajo? Cuando lo vea lo voy a golpear por cargarte tanto —dijiste utilizando un tono "amenazante" y Jungkook se rió en respuesta.

—Hoy será el último día que llego tarde. Mañana estaré aquí antes de las 8 de la noche, así que ya no será necesario que golpees a Jimin —ambos volvieron a reírse y sentiste alivio en tu interior.

—¿Quieres cenar? Hice ______ (pueden imaginarse su comida favorita si quieren)

Jungkook asintió y se alejó de ti para ayudarte a levantarte. Esta panzota de casi ocho meses ya estaba muy pesada y redondita, te hacía ver muy linda y adorable y Jungkook nunca perdía oportunidad para hacértelo saber.

Estaba muy emocionado y un poco nervioso por el nacimiento de su hijo, ya quería tenerlo entre sus brazos y darle cientos de besitos. Sería el bebé más adorable porque sabía que se parecería a ti, y le rogaba al cielo y al gran kaiosama que naciera muy sano, que todo saliera bien cuando se llegara el momento de dar a luz.

Juntos caminaron a la cocina y después de esperar unos cuantos minutos en lo que la comida se calentaba serviste un plato para él y otra pequeña porción para ti.