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Beomgyu • TXT

—Que tenga un lindo día.

—Gracias.

Por fin, ya era hora de regresar a casa.

—Dios, este día estuvo muy ajetreado, ¿Verdad?

Asentí estando de acuerdo y me quité el delantal para comenzar a limpiar las mesas, Anna y yo está vez no tendríamos ayuda porque el otro chico, Yeonjun, que también trabaja aquí en la cafetería no pudo venir hoy porque se reportó enfermo. Tendríamos que hacer todo solo nosotros dos.

Mientras yo limpiaba las mesas y acomodaba las sillas, Anna trapeaba el piso y limpiaba las ventanas. No estaba muy sucio pero era de ley hacer esto todos los días, por salubridad.

Estaba muy cansado, solo quería llegar a casa y recostarme a un lado de _____.

Mi novia.

Y estaba feliz porque mañana me tocaba mi día libre, lo que significaba que tendría todo el tiempo para pasarlo y estar al lado de mi preciosa novia.

Estaba enamorado de ella desde que la conocí, en la universidad.

Las cosas se fueron dando entre nosotros y cuando supe que la quería, no dude en hacerle saber mis sentimientos. _____ sentía lo mismo y me aceptó, haciéndome sentir el hombre más feliz de todo el maldito universo. Los días con ella eran increíbles, estaba agradecido de que ella me hubiera elegido sobre todos los demás, pues ella siempre había sido uno chica muy popular.

Cuando Anna y yo terminamos de hacer todos nuestros deberes, cerramos el local y la acompañé hasta la parada de autobuses. Ya era tarde y quería asegurarme que ella se fuera con bien.

—Buenas noches, beomgyu.

—Buenas noches, Anna —ella me dió un beso rápido en la mejilla antes de irse.

Hice una mueca, sabía que le gustaba y se sentía extraño que hiciera eso, pero preferí ignorarlo.

Comencé a caminar, con destino a un lugar especial.

Una pastelería.

Mi chica tenía antojo de un pastel, y yo la complacería.

No solo a ella, también al bebé.

El hermoso bebé que estábamos esperando. Estaba de tres meses y yo estaba muy feliz, aunque mucha gente no estaba nada contenta.

Mi madre.

Ella creía que aún éramos demasiado jóvenes, y además nunca le había caído bien _____, así que sabía que también era por eso.

La odiaba con todas sus fuerzas porque decía que gracias a ella yo había abandonado la universidad, me había ido de casa y había dejado atrás todos mis sueños para hacer lo que ella quería.

Pero la verdad es que no era así, porque _____ siempre había sido más importante que todo lo demás.

Nada más tendría sentido si ella no estuviera conmigo, así de fácil.

Estaba muy emocionado por la llegada del bebé, y aunque estaba nervioso, me sentía feliz de convertirme en padre de un pequeño ser que vendría a llenar nuestras vidas de felicidad.

Cuando llegue a la pastelería, compré el pastel del sabor que sabía que le gustaba a mi novia y salí con alegría del lugar, deteniendo un taxi en la calle para llegar más rápido a nuestro departamento.

Ella seguramente me estaría esperando y sabía que el mal humor se le iría en cuanto viera lo que le traje.

Una vez el auto se detuvo frente a nuestro departamento, le pagué al chófer agradeciéndole y abrí la puerta para bajarme. En la entrada saludé al amable portero, el señor Lim.