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jay • enhypen

Te gusta Jay desde que lo conociste cuando ambos eran unos niños, Jay era el mejor amigo de tu hermano así que no era nada raro que se la pasara en tu casa todo el tiempo.

Crecieron juntos, tu como la hermanita menor que ellos siempre iban a proteger. Pero como detestabas que Jay te llamara así, querías que te viera con otros ojos y este día, estabas dispuesta a lograrlo.

Park Jongseong iba a enterarse que ya no eras más esa tierna "niña" que conoció a los 5 años de edad, iba a conocer a la hermosa chica que te habías convertido con el pasar de los años.

De eso te encargarías esta noche.

(...)

Era la fiesta de fin de año, y como era habitual, tu hermano Sunghoon organizó una grandiosa fiesta en su casa. Había aprovechado que esa noche tus padres no iban a estar en su hogar debido a un compromiso familiar. Sunghoon había insistido en que ellos te llevaran, pero tú te negaste. Aún no eras mayor de edad pero ya tenías derecho de tomar tus propias decisiones, aparte de que amenazaste a tu hermano con decirle todo a tus padres sino te dejaba participar en su grandiosa fiesta.

Jay se reía a espaldas de tu hermano, disfrutaba verlo sufrir por culpa tuya. Aunque en el fondo él también pensaba que no era una buena idea que estuvieras en la alocada fiesta de jóvenes universitarios, a sus ojos solo eras una pequeña niña de secundaria, creía que no te sentirías nada cómoda con el ambiente porque no se sentarían a jugar UNO ni cantar karaoke como tú lo pasabas en las fiestas que tus amigas organizaban. En esta fiesta habría alcohol y mujeres con poca ropa.

Por alguna razón a Jay le incomodaba que vieras está faceta de el, no quería que lo tomaras como ejemplo aunque esto solo era una etapa de ser joven y crecer.

Pero ya no podían hacer nada, tus padres ya se habían ido y te habían dejado a su cuidado.

—Te encerraras en tu habitación, punto.

—Quiero verte obligarme a hacerlo —le retaste.

Sunghoon te miró con molestia y salió de la habitación, dejándote sola con Jay.

—¿También te molesta que esté aquí? —le preguntaste directamente.

Jay negó, sonriendo.

No podías dejar de admirar la perfección de su sonrisa y lo bien que le quedaba su cabello rubio/cenizo.

Era muy atractivo, y cada vez que estabas a solas con el, tu corazón no podía dejar de latir acelerado. Aunque sabías disimularlo muy bien.

—Solo no aceptes nada de nadie, linda. Y si es posible, no desaparezcas de nuestro campo de visión, vendrán muchas personas, tal vez personas que ni siquiera conocemos, así que solo no te alejes demasiado y cualquier cosa, me lo dices a mí o a tu hermano —asentiste.

Siempre hacías caso a lo que él te decía, porque sabías que se preocupaba sinceramente por ti.

—Iré a mi habitación a cambiarme —le dijiste y corriste a las escaleras.

Todavía no cerrabas la puerta de tu cuarto cuando escuchaste a tu hermano mayor gritarte.

—¡Nada de faldas y vestidos cortos, mocosa! 

Rodaste los ojos, obviamente no le ibas a hacer caso.

Si querías llamar la atención de Jay, tendrías que ponerte lo más lindo y sensual de tu armario, y por suerte tenías una prenda así, cortesía de tu amiga Lisa.