mingyu • seventeen/parte tres

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—Lo siento mucho, _______ —Haerin veía con tristeza y preocupación a su mejor amiga, quien no había dejado de llorar desde que llegó a su casa.

» Ese idiota de Kim... Ya verás cuando te encuentre... « sus manos se hicieron puño y le tendió un pañuelo a _____ para que se limpiara.

La chica lo tomo limpiándose sus lágrimas, se sentía muy triste y vulnerable, decepcionada.

Todo era culpa de Kim Mingyu, había lastimado a su mejor amiga y eso no se lo iba a perdonar nunca. » Prometió que había cambiado, ¿entonces por qué carajos hizo eso? Kass tenía razón, Kim Mingyu solo se quiere a si mismo... « pensó amargamente Haerin.

—No tenía ni idea que Haemin sentía algo por... Mingyu —dijo _____ un poco más tranquila, estaba acostada en su cama, con la espalda recargada en el cabecero de su cama.

Haerin había pedido permiso a sus padres para quedarse a dormir en casa de ______, y ellos habían aceptado gustosos ya que ambas chicas eran amigas desde que iban en primaria.

—Todo es culpa de Mingyu, _______. Él pudo hacer algo para detener a Haemin pero no lo hizo. Es un idiota que no te merece —la chica se cruzó de brazos, sentándose a un lado de la chica con la nariz roja y los ojos llorosos de tanto llorar. El corazón de _____ se oprimió, pues por más que intentaba comprender las acciones de su novio no entendía cómo había sido capaz de hacerle eso, de ser infiel cuando muchas veces le había prometido que ella era lo más importante para él. Sus ojos se volvieron a cristalizar y Haerin le tendió otro pañuelo para que se limpiara, sintiendo compasión por su amiga, le dolía verla así y en este momento no existía persona que odiara más a Kim Mingyu que Haerin.

—Debes dejarlo _____, no puedes permitir que ese idiota te utilice y después vaya y se revuelque con otras —_____ la miró dolida, pues aunque ella tenía razón le dolía pensar que tal vez lo que Haerin decía podía ser cierto—. Kass nos lo dijo, siempre fue un mujeriego que cambiaba de novia cada semana. Él siempre fue así, es mejor que abras los ojos antes de que sea demasiado tarde.

Si supieras que ya es demasiado tarde... - pensó amargamente la chica, pues en su vientre llevaba el hijo de Mingyu y ahora se sentía más insegura y aterrada.

¿Ahora como carajos le diría que estaba esperando un hijo de él? La odiaría.

_____ pegó sus piernas a su pecho y volvió a llorar, escondiendo su entre sus piernas. Haerin suspiro y dió suaves palmaditas en la espalda de la pelinegra.

—Está bien, ______. Estoy aquí —susurró con voz más suave, pues sabía que lo que _____ necesitaba ahora era que alguien la consolara y no que le restregara en la cara el idiota que tenía por novio—. Puedes llorar y desahogarte todo lo que quieras, seguiré aquí cuando te sientas mejor. Duerme un poco, quizás eso te ayude a relajarte —_____ le hizo caso y destendió su cama para meterse bajo sus suaves mantas.

Haerin decidió darle un poco de espacio y antes de salir de la habitación, apagó la luz y le mostró una última sonrisa a su mejor amiga.

—G-gracias, Haerin.

—Para eso estamos las amigas —dijo y desapareció por la puerta.

Cuando la castaña abandonó su habitación, ______ se ocultó entre sus cobijas y mientras las lágrimas seguían derramándose por sus pálidas mejillas, recordaba todos los momentos felices que vivió al lado de Kim Mingyu.

Como la primera vez que lo vió, sus miradas se cruzaron en el pasillo y desde ese momento supo que había caído por él sin siquiera saber su nombre. La chispa que sintió en su desbocado corazón le confirmó que había sido flechada por cupido. Días después volvió a encontrárselo, está vez en la cafetería. Él la veía a la distancia y cuando sus ojos se encontraron con los suyos, le sonrió de una manera tan linda que las mejillas de nuestra adorable pelinegra se pintaron como dos bellas manzanas rojas. Mingyu se rió en voz baja por lo tierna que le parecía la chica y decidió dar el primer paso, pidiéndole de favor a su mejor amigo Dino que le llevara una leche de fresas a su enamorada. Pues en el poco tiempo que la había estado mirando, se había dado cuenta que esa era la bebida que ella siempre consumía. Así los días fueron pasando y la cercanía entre ellos aumentó al punto de que terminaron besándose en las canchas de fútbol, pues ella había salido temprano de sus clases y había decidido esperar a Mingyu que, en ese momento, era parte del equipo de fútbol a que terminara su entrenamiento. Todos se había ido y ella lo esperaba afuera de los vestidores de hombres, cuando decidió ser valiente también e ingresó a encontrar al chico quien terminaba de colocarse su camiseta cuando sintió los pasos de la muchacha acercase. Mingyu se giro y la vió con sorpresa, algo avergonzado pues otro poco más y lo encontraba sin nada de ropa. Estaba apunto de preguntarle por qué razón había entrado cuando _____ cortó la distancia entre ambos y poniéndose en puntas de pie, tomó al moreno de las mejillas y pegó sus esponjosos labios a los de él, dejándolo sin aliento. Su boca tenía sabor a la paleta de fresa que anteriormente había consumido y el gimió complacido terminando por acercarla más a él, correspondiendo su tímido beso. Llevaba deseando hacer eso desde que la conoció, y que ella lo hiciera antes solo le daba el valor suficiente para confesarle lo que sentía por ella. Lo mucho que le gustaba y lo bonita que se veía siempre, tomando su leche de fresa y comiendo dulces a escondidas cuando estaban en horas de clases y creía que no la veía nadie, solo él.

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