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jay • enhypen/parte tres

Sunghoon no podía controlar la ira que sentía en su interior, así que rápidamente antes de que se hiciera más tarde le avisó a su madre que iría a la casa de Jay, ajustarían cuentas hoy mismo y ese idiota le explicaría que era lo que se traía con su hermana.

—Hijo, pero la cena se va a enfriar. ¿No puedes ir mañana? —dijo su mamá preocupada.

—No madre, es importante lo que tengo que hablar con Jay —le respondió serio y procedió a colocarse su abrigo para protegerse del frío antes de salir de su hogar.

La señora Park suspiró y ya no dijo nada más.

—Regreso más tarde, adiós.

Hace un tiempo que Jay se había mudado a un departamento, cuando habían comenzado la universidad, por lo que ahora tenía que tomar un maldito autobús para llegar a su casa y no cruzar la maldita calle como hacía antes cuando eran vecinos.

En todo el camino trató de mantener el control, pero simplemente no podía lograrlo. Él se había atrevido a involucrarse con lo que más quería en el mundo, lo mas importante para el.

Su hermana menor.

¿Qué más quería que le explicara? Todo estaba muy claro.

Cuando llegó a la casa de Jay y este le abrió la puerta, viéndolo confundido por su inesperada visita, iba a hablar pero no se espero para nada que Sunghoon le estrellara el puño en la cara.

Jay retrocedió varios pasos y se llevó la mano a la zona afectada. Le había comenzado a salir sangre de la nariz.

—¿Qué carajos te pasa, Sunghoon? —le preguntó más que molesto.

El pelinegro no le contestó nada y volvió a golpearlo, esta vez en la boca. Jay soltó un gruñido por el dolor y esta vez le devolvió el golpe a su amigo. Sunghoon ni se inmutó, alcanzó a moverse antes de que Jay lo golpeara.

Es que Jay realmente no era capaz de golpear a nadie, menos a sunghoon que era su mejor amigo.

Pero sentía que ya no lo sería más.

—¡¿Por qué mierda vienes y me golpeas, maldito lunático?!

Sunghoon lo tomo del cuello de su sudadera y lo acercó peligrosamente a su rostro, mirándolo con toda la furia que sentía en ese momento.

—¿Cómo es eso de que estás enamorado de mi hermana, imbécil?

Jay palideció y de manera brusca quitó las manos del pelinegro de su ropa para que lo soltara.

Ahora ya entendía porque Sunghoon estaba actuando de esa manera.

Los nervios lo invadieron pero hizo de todo para que no se notara.

—No sé de que me hablas... —la sangre no dejaba de escurrir por su nariz y aprovechó eso para cubrirse con la manga de su suéter, no quería que Sunghoon se diera cuenta que le estaba mintiendo.

—Claro que sabes de qué te hablo —de su bolsillo del pantalón sacó el móvil de _____ y le enseñó la pantalla al rubio, quién enseguida se sintió avergonzado y ya no fue capaz de seguir mirando a Sunghoon—. ¿Qué mierda tienes que decir, eh?, ¿Por qué justamente con ella teniendo a tantas chicas a tu alrededor? Eres una mierda, no me cabe en la cabeza como fuiste capaz de hacer esto. De hacerle esto a ella.