Me encontraba en medio de una multitud bulliciosa, rodeada de luces parpadeantes que creaban un caleidoscopio de colores sobre las paredes y el techo, mientras las risas estruendosas y las conversaciones animadas llenaban el aire, reverberando en la enorme suite de Niragi. Era una fiesta privada organizada Exclusivamente por Los Militares, y aunque había decidido asistir por mi propia voluntad, no podía evitar sentirme más fuera de lugar que nunca. La música pulsaba en el fondo, creando un ambiente festivo que contrastaba fuertemente con el torbellino de emociones que intentaba contener dentro de mí.
La suite era deslumbrante y espaciosa, decorada con una opulencia que contrastaba marcadamente con mi propio alojamiento. A mi alrededor, la gente se movía con una confianza que yo no sentía. La mayoría de los asistentes eran miembros del grupo de Aguni, pero entre ellos, había algunas chicas que no reconocía, jóvenes de miradas sensuales y sonrisas enigmáticas, ajenas a mi presencia y, probablemente, a mi incomodidad, que se paseaban semidesnudas por toda la habitacion.
Desde que había entrado, mis ojos buscaban involuntariamente a Niragi entre la multitud, antes de encontrarlo al otro lado del lugar, rodeado de personas que lo admiraban y seguían con la devoción que siempre parecía inspirar. Estaba hablando con una chica que estaba sentada en su regazo, su figura imponente y su sonrisa encantadora haciéndola destacar entre las demás.
Yo no me parecía en nada a ella.
Me mordí el labio inferior, sintiendo un nudo en la garganta al ver cómo Niragi se inclinaba hacia la chica y le susurraba algo al oído. Ella rió, y él también, pero su mirada se desviaba una y otra vez hacia donde yo estaba parada, sintiendo sus ojos sobre mí incluso a través de la abrumadora distancia que nos separaba.
Traté de apartar la mirada, de concentrarme en cualquier otra cosa que no fuera él, pero era como si estuviera imantada hacia su presencia. La sensación de tenerlo tan cerca y tan lejos al mismo tiempo me cortaba la respiración. Había aceptado la invitación a regañadientes, sabiendo que estaría en territorio hostil, rodeada de personas que podrían considerarme incluso una intrusa. Pero la necesidad de entenderlo, de ver por mí misma cómo se desenvolvía en su propio entorno, me había llevado a dar ese paso.
Cada risa compartida, cada gesto de afecto que presenciaba de Niragi hacia la chica, me golpeaba como un puñal en el corazón. Era consciente de que lo que había entre ellos ya no era mío, que algo había cambiado irrevocablemente desde aquella noche en la que todo se desmoronó. Pero verlo en acción, verlo disfrutar de la compañía de otra persona de esa manera tan íntima, era un recordatorio brutal de mi dolor y mi soledad.
Intenté mezclarme con los demás, esforzándome por integrarme en las conversaciones que surgían a mi alrededor. Me acerqué a aquellos que conocía de vista, esbozando sonrisas y soltando comentarios triviales que sonaban extrañamente mecánicos. Cada palabra que pronunciaba se sentía vacía, como si mi voz estuviera desconectada de mi verdadero ser. Mientras intercambiaba saludos y frases corteses, mi mente, una y otra vez, regresaba inexorablemente a Niragi.
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Toxic Ties [Suguru Niragi]
FanficAmar a Niragi era como bailar en el filo de una navaja: emocionante y mortal, donde cada paso prometía tanto éxtasis como dolor. «El era el fuego que la quemaba, mientras ella era la ceniza que aún se aferraba al viento».