✧Designer Love ✧ | Yang Jeongin y Tu

🌸 35 : ¡Primavera!

— Pareces muy feliz últimamente — comentó Chan con una sonrisa —. ¿Cuándo los veremos a los dos como novios?

— Espero pronto — sonrió Jeongin.

— Parece un a chica muy linda y amable — comentó el mayor con una sonrisa soñadora.

— Lo es.

— No puedo creer que mi niño y este tan grande — lloriqueo Chan —. Debo decirle que te cuide bien.

— Chan, aun no nos vamos a casar.

— ¿Eso significa que si tienes planeado casarte con ella?

El sonrojo lleno sus mejillas.

— ¡Eso es un si! —— se emociono Chan — Que lindo, deberias cuidarla bien para que ese día llegue pronto.

— La cuidare muy bien, ella es tan increíble...

Su teléfono sonó.
Su-ah ya lo estaba esperando fuera de su apartamento, para su última cita.

— Y hablando de la reina de Roma — río Jeongin levantándose del sofa —. Ya debo irme.

— Bien, cuidate mucho — le dijo Chan.

Él asintió.
Tomó su abrigo y salió del apartamento con una enorme sonrisa en los labios. Era su última cita, su última declaración.

Su-ah lo esperaba fuera con una enorme sonrisa.

— ¿A donde iremos hoy? — pregunto mientras la chica lo tomaba de la mano.

— ¡A un lindo lugar! — sonrió — ¡Vamos!

Comenzaron a caminar.

Su-ah parecía realmente feliz, parecía ansiosa de que llegará el momento justo para su confesión.

Y Jeongin estaba totalmente de acuerdo con ella, ya queria saber cómo terminaría aquel día especial.

— ¿A donde vamos? — volvió a preguntar curioso.

— Ya lo veras — río Su-ah.

— ¡Pero quiero saber ahora! — fanfullo.

— ¡No lo sabrás hasta llegar!

Juntos caminaron por las calles, las cuales estaban cubiertas de cerezos y los pequeños pétalos caían sobre ellos.

— ¿Quieres atrapar un pétalo? — pregunto él observando como Su-ah estiraba su mano hacia los pétalos.

— No la necesito — repuso Su-ah —. Solo tu eres mi amor verdadero.

Sintió sus orejas rojas pero no tuvo mucho tiempo de pensar en ello porque Su-ah lo tomó de la mano para entrar en aquel parque en el que ella lo había rechazado.

— ¿Y esto? ¿Quieres hacerme recordar malos momentos? — pregunto fingiendo llanto.

— ¡Mas bien quiero cambiarlos! — repuso ella con una sonrisa de oreja a oreja.

Aun tomandolo de la mano lo guio hasta una parte del parque cerca del lago, junto a algunos árboles de cerezo.

Se veía lindo.

— ¡Taran! — exclamó al llegar al lugar, señalando lo que había preparado con una sonrisa.

Un picnic.

Una manta yacía extendida en el lugar junto con una canasta y varios platos con comida.

— ¿Te gusta? — pregunto la chica, esperanzada.

— Es muy lindo — asintió y los ojos de la chica brillaron.

— ¡Vamos hay que sentarnos! — sonrió.