Criaturas desafortunadas

Capítulo 15 : Nuestros últimos minutos de paz

Tras la muerte del Lord Comandante de la Guardia Real, Ser Ryam Redwyne, el Rey ascendió a su segundo al mando, Ser Harrold Westerling al puesto de Guardia Real. Incumplido por uno, Ser Harrold llamó a siete de los mejores caballeros que conocía bajo las órdenes del Rey Viserys para que uno de ellos se uniera a los mantos blancos. Todos tenían un favorito: la Princesa Rhaenyra quería que su padre eligiera a Ser Criston Cole—su propio escudo jurado—, Lord Otto Hightower quería a Ser Samwell Rowan y el Príncipe Jaehearon prefería a Ser Corwyn Corbray. En aras de la equidad, el Príncipe Daemon propuso una pequeña competición entre los siete caballeros que tendrían que luchar entre ellos y con los miembros de la Guardia Real para poder acceder a las habilidades del caballero, el que consiguiera más victorias sería el elegido.

Extracto de Hermanos juramentados de blanco: una historia de la Guardia Real por el profesor Tyrion Lannister de la Universidad de Lannisport
Jon

Estar de vuelta en la Fortaleza Roja, aunque fuera por poco tiempo, era bueno. Ser recibido en los brazos de su padre y su hermana era mejor. Sus ojos se dirigieron hacia donde se encontraba Rhaenyra, junto a su nueva casa, con sus damas a su lado y su escudo jurado a solo dos pasos de su espalda. Dado que Alicent todavía estaba entre ellos, Jon sabía que su hermana aún tenía a la niña en su confianza.

Ojalá pudiera decirle cuál sería su futuro. Pero si lo hacía, estaba seguro de que no solo nadie, ni siquiera ella, le creería, sino que además lo utilizarían para afirmar que estaba loco y que no era apto para la corona.

Algunos minutos después de que estuvieron dentro, Rhaenyra lo atrajo con ella, con Alicent y Ser Criston Cole firmemente detrás de ella.

—Jae, sé que mi padre te pidió ayuda para elegir al próximo caballero de la Guardia Real —comenzó Rhaenyra, y él asintió. Sí, esa había sido la razón de su venida después de todo—. Quiero que apoyes a mi campeón.

"¿Y quién sería tu campeón?", preguntó, sabiendo ya la respuesta.

—Hermano, este es Ser Criston Cole —dijo el caballero, dando un paso adelante. Llevaba una armadura Targaryen, símbolo de su lealtad a Rhaenyra—. Quizá recuerdes que había ganado el Torneo de los Herederos contra nuestro propio tío.

—Mi Príncipe, sería un honor para mí servir a la Guardia Real —dijo Ser Criston mientras se inclinaba ante él.

—Ser Criston —le hizo un gesto con la cabeza al caballero.

Ser Criston, el Hacedor de Reyes. Otro arquitecto de la Danza de los Dragones. Era cierto que Otto había planeado poner una corona en la cabeza de Aegon desde el principio, pero también era cierto que nunca lo habría podido hacer si Ser Criston no hubiera sido quien lo convenciera de que la tomara. Algunos decían que lo hizo por poder, ya que Aegon habría sido más fácil de controlar que Rhaenyra, otros decían que lo hizo para mantener la tradición Ándala . También se sabía que Ser Criston tuvo una relación sexual con Rhaenyra que de alguna manera se volvió amarga.

Ése era uno de los problemas: no sabían nada de él. Todo lo que tenían sobre Ser Criston Cole eran conjeturas y décadas de historia escritas y reescritas según la voluntad y caprichos de los escritores. No se encontraron pruebas de ninguno de los dos relatos sobre sus posibles motivos, por lo que era un desconocido para ellos.

—No puedo prometértelo, Nyra —dijo, y su hermana lo miró como si hubiera admitido un asesinato. A veces, él olvidaba lo malcriada que era y rara vez negaba algo.

"¿Por qué?"

—Sin ofenderte a ti ni a tu campeón, el puesto de Guardia Real es mucho más que una cuestión de fuerza y ​​habilidad para ganar torneos —dijo y miró al hombre—. ¿Sabes, Ser Criston, que un Guardia Real tiene que jurar castidad?