Criaturas desafortunadas

Capítulo 33 : De la lealtad y el interés

A nadie le gusta que lo subestimen, pero con el tiempo nos acostumbramos a ello. Desde el principio, me sentí confinada dentro del Juego, enfrentándome a la subestimación, inicialmente debido a mi edad y más tarde debido a mi género. Sin embargo, a medida que pasó el tiempo, comencé a verlo como una ventaja y lo aproveché a mi favor. Si las personas deciden tratarme como si fuera de cristal, ¡deberían tener cuidado de no lastimarse con mis bordes más afilados!

Extracto del diario de la reina Selaena
SANSA

Todavía no sabía qué hacer con la ilusión que tenía. Su mente racional quería descartarla como producto de su imaginación, pero Bran había confirmado que había sentido una presencia diferente en la dirección general del Bosque de Dioses, una presencia que no era humana. Tampoco se parecía a nada que hubiera experimentado antes.

Después de transmitirle a Bran la información que le había dado Laufey, el dragón decidió volver a escudriñar el pasado. En busca de ese Ríonach. Quienquiera que fuese, tal vez podría dar algunas respuestas.

Curiosamente, después de ese encuentro, su magia se había calmado y se volvió más fácil de controlar. Sin embargo, ese encuentro también le generó una ansiedad completamente nueva.

¿Quién venía tras ella?

¿Por qué? ¿Qué demonios era su magia? ¿Qué era esa visión?

A pesar de su ansiedad, su magia no actuaba como antes, lo que ciertamente era una ventaja.

—Veo que todavía estás enfadado por la decisión de tu padre —se giró y encontró a su tío abuelo Vaegon caminando hacia ella con su rostro impasible.

—¡No estoy haciendo pucheros! —dijo ella a la defensiva, y podría jurar que había cierta diversión en su rostro.

"¿Sabes que una escolta fuerte en lugares públicos siempre ha sido el protocolo común entre la nobleza y la realeza? La indulgencia de Daemon y Lady Royce al permitir que tú y tu hermana se desplazaran por las ciudades con una escolta mínima fue solo eso: indulgencia por su parte".

"Nunca hemos necesitado quince guardias que nos siguieran, especialmente cuando hacíamos obras de caridad o incluso cuando estábamos de visita".

—Tal vez, pero debes admitir que cuatro guardias para proteger a tres señoritas y una niñera es exagerado, especialmente cuando una de las damas es una princesa de la Casa Targaryen. Y por lo que tengo entendido, al menos había eliminado a los guardias que te seguían dentro de la fortaleza —dijo Vaegon.

"¡Odié eso!"

—Daemon comentó sobre tu travesura. —Había diversión brillando en sus ojos y ella arqueó una ceja en desafío.

"¡Lo niego todo!" dijo ella mirándolo directamente a los ojos.

—Por supuesto que sí —dijo sonriendo—. ¿Qué es lo que estás leyendo? —le mostró la tapa y él arqueó una ceja—. Una colección de los cuentos de los antiguos dioses , la influencia de tu madre, supongo.

"¡A mí también me gustan las leyendas!"

—Tu abuela detestaba la lectura; siempre se quejaba de que las palabras se veían extrañas cuando estaban escritas. Pero le encantaba que Baelon le leyera, aunque tenía una clara preferencia por las leyendas y el folclore —dijo Vaegon con una sonrisa nostálgica en los labios.

"¿El abuelo le leía a la abuela?" preguntó ella con el ceño fruncido, negándose a establecer un paralelo entre ellos y Jaehearon y ella.

—Todo el tiempo —dijo sonriendo—. También la protegía mucho, aunque ella se parecía más a una salvaje que a una princesa. Mi padre también protegía mucho a mi madre. Los Targaryen sólo protegen a quienes aman, Selaena —dijo Vaegon—. Y nosotros amamos con más fiereza.