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CARTAS PARA MÍ MISMA

DESAHOGO

Hoy, me he decidido a volver a escribir todo lo que siento dentro de mí. Hace un mes y una semana, mamá murió. Fue lo peor que me ha podido pasar. Sentir un dolor desde mi interior es horrible. Solo me vienen recuerdos de ella, un montón de fotografías en mi móvil. Siento el dolor de papá en el rostro. No sé a quién le duele más, a mí o a él. Pero es horrible.

Te echo de menos... Muchísimo.

Ojalá estuvieras aquí mamá, me hacías la vida más sencilla.

Hoy, te he dedicado especialmente a ti.

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Escucho llamar a la puerta y de ella se asoma mi padre. Entre sus manos lleva un retrato de mamá.

—Hola papá—apago la música que escucho desde el ordenador para inspirarme y cierro mi diario.

—Hola cielo—me saluda en voz baja—. No quería molestarte, lo siento.

—No pasa nada.

Se queda quieto observando mi escritorio.

—¿Has vuelto a escribir?

Asiento y aparece una sonrisa tímida en su rostro.

—Tu madre siempre me hablaba de ellos—me recuerda mientras agacha la cabeza y observa el retrato de mi preciosa madre—. Los tratabas como si fueran tus mejores amigos.

Me vienen a la mente esos recuerdos y me pongo la mano en el corazón.

—Y.... aún sigues con ellos, por lo que veo—da un vistazo a mis bocetos del escritorio y se le ilumina la mirada—. Me alegro de que sigas cumpliendo tus sueños.

—Eres el mejor.

Vuelve a sonreírme.

—¿Y cómo lo llevas? — me observa a mí y a mis diseños. Dibujar figuras femeninas con vestidos elegantes es mi afición. Desde pequeña mis padres me compraron una máquina para hacer bocetos, calcando a mujeres elegantes y poco a poco me imaginaba todos aquellos vestidos que, en mi vida, quiero ponerme. Desde ese día, quise seguir por ese camino. Solo que, a veces, no hay inspiración—. ¿Aún los sigues haciendo?

—Lo he dejado por un tiempo—digo avergonzada—. No.... no me viene nada a la cabeza.

Papá hace una mueca.

Desde que mamá murió no tengo imaginación.

Me siento en la silla, cierro los ojos y me imagino un vestido que me gustaría llevar algún día en mi vida, pero me quedo en blanco y no veo nada.

El amor por el dineroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora