32

67 7 4
                                    

CAPÍTULO 57; Página 313

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO 57; Página 313

Dolor..., una simple palabra, pero tan llena de significados. He llegado a comprender que el dolor es la emoción más fuerte que alguien puede llegar a sentir. Al contrario que cualquier emoción, es la única que todo ser humano tiene garantizado sentir en algún momento de su vida y no hay ventajas en el dolor, no hay aspectos positivos que puedan hacerte verlo desde una perspectiva diferente..., sólo existe la abrumadora sensación hasta convertirse en algo casi insoportable.

After. Anna Todd

Cierro el libro y también los ojos, apoyándome en el respaldo de mi cama. 

A veces creo que el libro sabe lo que me pasa, como para leer un párrafo como este. Como si estuviera describiendo mi vida o algo así. 

 Bufo y lo dejo a un lado. 

Esta historia, hace que recuerde muchas cosas. 

Me paso las manos por la cara y me quedo mirando el regalo que me dio Michael hace un mes.

 ¿Por qué aún no lo he abierto? 

No lo sé ni yo. 

De repente, escucho unos susurros detrás de mi habitación. 

Me levanto de la cama con cuidado y abro un poco la puerta.

—¿Y qué hago? —escucho decir a papá—. No sé qué hacer.

—Ella ya es mayorcita Matthew.

—Lo sé. Pero...—pausa—. ¿Dejar que tenga una amistad con el hijo de mi jefe crees que está bien?

—Tu jefe es tu mejor amigo, no importa.

Papá hace una mueca.

—Si no, ¿Qué es lo que quieres hacer? —la voz de Ada parece cansada—. ¿Obligarla a que no sean "amigos"?

Levanto las cejas. ¿Eso es por lo que están discutiendo?

—Tu hija está haciendo lo cree que está bien.

—Pero soy su padre y me preocupo.

—¿Y qué? —me asomo un poco más y observo que están en la habitación de mi padre. Él está sentado en la punta de la cama y Ada está levantada—. Déjala que sea un poco más libre. No la cierres tanto.

—Solo intento....

—Cuando más la cierras, más intentará huir cuando vea la ocasión.

¿Ada me está defendiendo?

—Mis padres eran así—añade ella—. Y no quiero que vuelva a ocurrir.

Papá la mira con una pequeña sonrisa y se levanta. Le acaricia el rostro y la abraza.

—Nunca pensé que pasaría esto.

Dejo de observarlos y solo escucho sus conversaciones.

—Pensé que Beatriz no conectaría con ese tipo de personas. Pero me he equivocado—añade.

—Has dejado que se unan. Desde un principio—le responde Ada—. Ella podría pensar lo mismo de nosotros.

—Lo ha pensado.

—Y luego lo ha recapacitado.

Un silencio los invade y hace que me quede en blanco.

—Matthew—llama a papá—. Me pidió perdón. Tu hija me pidió perdón. Deberías alegrarte.

El ruido se acerca un poco más a mi habitación y hace que me asuste y me aleje de la puerta.

—Hubo un momento, que noté que me estaba alejando de mi hija—cierro los ojos y me muerdo los labios. Papá también lo notó—. Sabía que yo o ella se estaba alejando del otro. Beatriz nunca me ha contado los problemas con su amiga. Todo se lo contaba a....

—Puedes decirlo—Ella insiste—. A tu mujer.

—A mi mujer—dice—. Y cuando me lo dijo, me alegré. Porque sentí que estaba volviendo a tener una mejor relación con mi hija. Quiero estar bien con ella. Pero me preocupo. No sé si debería dejarla o decirle algo.

—Matthew, es su vida. Es su momento de disfrutar.

Vuelvo a observar el regalo de Michael. "Quiero que te lo quedes" 

Mi cabeza vuelve a reproducir sus palabras.

—Lo sé—responde—. Pero no lo entiendo. No sé cómo han conectado tanto.

—Yo sí que lo sé—Ada susurra con cariño—. La madre del chico murió y tu mujer también. Por eso se entienden tanto.

Papá suspira y vuelvo a acercarme lentamente para observarlos.

—Déjala que sean amigos—. Ella me defiende, otra vez—. Él parece ser un buen chico.

—Lo es.

Papá hace una mueca y se tapa la cara.

—¿Qué pasa?

Ada se acerca para observarlo más de cerca.

—No debería haber venido al evento del castillo.

—¿Quién? ¿El chico?

—Mi hija.

—¿Por qué?

—El hijo de Christian Grayson ha contactado conmigo—Mi cabeza explota y me tapo la boca—. Para pedirme si podía quedar con mi hija. Para cenar.

—¿Y qué le has dicho?

—Que sí.

Me quedo helada, cierro la puerta de un portazo y el mundo se me viene a la cabeza.

<<¡¡Tierra trágame, ya!!>> 


REDES SOCIALES:

Instagram: Marrtaa19

Tik Tok: Marta M.R

El amor por el dineroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora