«Sé que a veces puedes creer que no. Que parezca que no quiero saber nada de nadie o me importe una mierda todo. Pero siempre voy a querer saber de ti».
Beatriz Ronald se enfrenta a la pérdida de su madre y la repentina inestabilidad económica de su...
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Michael
Mi tía se aclara la garganta y bufo de inmediato.
—¿No me vas a hablar de ella?
La ignoro y bajo por las escaleras hacía el gimnasio.
Sin más, ella me sigue por detrás. Dejo la toalla y mi botella a mi lado.
Mi tía vuelve a aclararse la garganta.
—No empieces.
—¡No empiezo! —sonríe con gracia levantando las manos—. Es extraño ver a una chica metida en casa. ¿Desde cuándo no he visto a alguna aquí?
—Desde que mi madre murió—Cuando pronuncio esa frase un ardor recorre todo mi cuerpo. La sonrisa de Camila desaparece en un segundo y me paso las manos por la cara—. Desde hace dos años.
Mi tía da varios pasos hacía mí, levanta su brazo y me acaricia la mejilla.
Ladeo la cabeza y me aparto.
—Sabes que no me gusta el contacto.
—Solo intento hacerte sentir bien.
—Lo sé.
Me preparo para subir a la cinta de correr y mi tía me imita.
—Venga—me dice—. Voy a ganarte otra vez.
Le sonrío tímidamente.
—¿Treinta minutos de cinta y luego unas series de prensa? —añade.
—Perfecto.
—¿Me vas a decir quién era la chica que estaba aquí hace diez minutos?
—¿Estamos haciendo deporte o hablando de ella?
—Las dos cosas.
—¿Una o la otra?
—Venga tonto—me da unos toquecitos en el hombro—. No te salgas del guion.
—Eres muy cotilla.
Me concentro en correr sin cansarme y respiro hondo, apartándome el sudor de la frente.
—Soy tu tía—me recuerda—. ¿Si no me lo dices a mí, a quién se lo vas a decir?
—A nadie.
Se aparta el pelo rizado en una cola de caballo y levanta las cejas seguidamente. Bufo y pongo los ojos en blanco.
—Es la hija del nuevo empleado de mi padre—suelto—. Del que te hablé el otro día.
Ladea el rostro para verme y abre los ojos como platos.
—¿Quieres que me dé un infarto o algo?
—Antes de que pienses mal, ayer me la encontré borracha como una cuba. No tuve más remedio que dejarla encerrada en mi habitación.
