El amor por el dinero

18

Michael

Aparco el Porsche en el garaje y subo las escaleras de mi casa. 

Paso por el despacho de mi padre y llamo a la puerta. 

Nadie me responde. 

¿Dónde se ha metido este hombre? 

Me acerco a la cocina y saludo a Gianna.

—Hola.

Ella me saluda con el brazo y yo hago lo mismo. 

Subo por las escaleras, abro la puerta de mi habitación y la cierro. 

Saco del bolsillo el paquete de tabaco y el móvil en el escritorio. 

Me dejo caer en la silla y abro el ordenador.

—¿Sueño cumplido? — Quiere saber—. Qué bonito.

4 palabras que le decía mamá, miles de veces.

Suspiro y me paso las manos por la cara. Tecleo con los dedos temblando.

New York, Agencia de modelos.

— ¿Cómo crees que debemos ser para seguir nuestros sueños?

—Seguridad, confianza, esperanza y paciencia.

Gianna llama a la puerta y la abre con delicadeza.

—Hola Mike—susurra. Llegué a un acuerdo con ella. Eso del "señor Kruse" se ha terminado. No es por nada, pero me incomoda—. ¿Puedo entrar?

—Claro—asiento, cerrando el portátil—. Puede pasar.

Me sonríe y cierra la puerta. 

Lleva entre sus manos una bolsa de aseo limpia. Se aleja al baño de mi habitación y abro el portátil sin que me vea. 

Selecciono la primera opción.

Conviértete en modelo en Nueva York.

Los zapatos de Gianna suenan cada vez más fuertes así que volteo para que me observe a mí. 

No al portátil. 

De repente mi móvil vibra y se enciende la pantalla.

Bea (@Beatrr_zz) ha aceptado tu solicitud de seguimiento.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

Se limpia las manos con el delantal y asiente con una sonrisa cuando me observa.

—¿Has podido cumplir alguno de tus sueños?

Recoge un trocito de papel blanco en el suelo.

—Alguno.