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* Canción: Firestone de Kygo ft

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* Canción: Firestone de Kygo ft. Conrad Sewell


—Cariño—Mamá le llama—. ¿Estás grabando?

—Sí.

Ella sonríe.

—¿Salimos bien? —No me acuerdo mucho de este momento, pero sí de esta frase—. ¿Estamos guapas?

—Muchísimo.

—Mira cielo—me sujeta mi pequeña mano—. Mira dónde estamos. ¡Estamos en una playa y eso que ves allá es el mar!

Grito de emoción cuando mamá me coloca entre la arena y me moja los pies.

—¿Te gusta Beatriz? —dice papá—. ¿A que es bonita?

Yo vuelvo a gritar de emoción.

Mamá me levanta y se pone a dar saltitos conmigo.

—Eres preciosa cariño—empieza a darme besos por la mejilla, por mi cuerpo pequeño y por los pies—. Algún día, alguien te lo dirá y nunca se cansará de repetírtelo.

Papá enrolla su mano con la de mamá y recorremos los tres la isla a la que tanto íbamos y tan poco recuerdo. Para no olvidar que siempre estaremos los tres. Pasé lo que pasé.

—Cariño—escucho decir a mamá sin enfocar en la cámara—. No dejes de grabar. Sería divertido ver el video cuando Beatriz se haga mayorcita.

Yo salto y me meto en el mar mientras mamá me grita. Recorre el poco espacio que nos queda y me sujeta en brazos para preguntarme.

—Ay me preciosa—sonríe con todo el amor—. ¿Cómo serás de aquí un par de añitos?

Abro los ojos de inmediato, asustada con la mano en el pecho. 

Miro el despertador y me tapo la mano en la boca. 

Mierda. No me ha sonado el despertador. 

Me levanto todo lo más rápido que puedo, abro el armario y me pongo lo primero que veo. Me recojo el pelo en un moño, me guardo el móvil en el bolsillo y me bajo la escalera dando un salto. 

Abro la nevera, pillo lo primero que veo y voy directa al instituto.

Varias horas más tarde hago una mueca al saber dónde estoy y me digo a mí misma. <<Que imbécil que eres>>.

—Joder—grita Celia, en voz alta por culpa de la música que hay a nuestro alrededor—. ¿Esta es su casa?

La miro y asiento.

A nuestras narices nos encontramos con dos guardias muy altos. Uno de ellos se me queda observando y asiente dejándonos pasar. Les doy las gracias con una sonrisa y nos adentramos.

El amor por el dineroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora