26. Japón.

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Cheryl.

Estoy cansada, más que cansada, exhausta.

Física y mentalmente exhausta.

Hace unas horas ya que corté la llamada, lo ojos se me quieren cerrar pero no me puedo permitir descansar ahora.

Acá ya son las ocho de la mañana y con el cambio de horario no sé cuanto pasó desde que dormí y amanecí en la misma cama con dos alemanes buenorros, pero definitivamente me habría gustado quedarme en ese momento.

Ahora estoy en la casa de seguridad de Kishida, más segura que acá no voy a estar en ningún lado ya que es la persona más poderosa de Japón, pero tengo que ir con Nishimura y la jakuza. El saber que Fumio tiene lazos con la yakuza me ahorro el peso de como llegar hasta acá sin que me maten en el camino, un poco de extorsión de Nishimura, un poco de presión mía y voilà, acá estoy.

Guardo el documento que redacté y cierro la notebook, la meto en la mochila qué es lo unico que llevo conmigo y recuerdo que me tengo que ir a comprar algunas cosas más ya que no tengo ropa acá, por ahora con los tres pantalones y tres remeras que tengo me alcanza.

Agarro las llaves del auto qué alquile, cuelgo la mochila en mi hombro y me colocó los lentes de sol antes de salir. La seguridad me espera y me guían a la salida del lugar, no es un laberinto como en el que está mi familia pero acá no se necesita ya que es zona de la yakuza.

Me subo al auto y manejo fuera de la zona segura donde estaba la casa de seguridad, busco la estación de servicio en la que quedé encontrarme con Nishimura y estacionó el auto esperando. Cinco minutos después mientras tomo un energizante noto un punto rojo apuntando mi pecho, sigo el camino del láser y veo un auto a mínimo una cuadra de distancia, este arranca y da la vuelta en U, yo pongo en marcha el mio para seguirlo y luego de un camino bastante largo llegamos.

Freno atrás del auto qué seguí y miro la mansión, bajo sin nada y sigo a los dos pelados trajeados que me guiaron hasta el lugar, entramos a un tipo de gimnasio al aire libre y todos me miran a medida que nos adentramos en el lugar, los dos que venían conmigo se abren haciéndome un lugar en el medio de ellos para quedar frente a Nishimura. Siento un montón de ojos en nosotras ya que somos las únicas dos mujeres en este lugar, ella es la única mujer que logró entrar a la mafia en la historia de la yakuza y es la que lidera el clan Yamaguchi-gumi, que es uno de los clanes más grandes de la yakuza, con más de 23 mil miembros.

De mi izquierda aparece uno de los miembros con dos katanas y tira una al piso enfrente mio, de la derecha aparece otro miembro con otra katana en la mano. Miro a Nishimura qué me observa sin intervenir, los dos que llegaron conmigo se retiran del lugar, vaya bienvenida, calculo la distancia que tengo hasta mi katana y los segundos con los que cuento antes de que me ataquen, esperan que haga algún movimiento de ir a buscar la espada pero como me quedo en mi lugar el de mi derecha me ataca con el arma baja, error de principiante. Roto mi pie de apoyo y le doy una patada frontal tirándolo al piso de espalda y quedándome con su katana, para en cuestión de segundos agarrar la que me dejaron en el piso y armarme con las dos frenando el ataque de la espada que venía dirigida a mi cabeza en el aire justo a tiempo, hago un Low kick logrando que quede con una rodilla en el piso y antes de que se recupere una patada semicicular lo manda al piso desparramado, miro que el otro no se acerque y lo veo sentado en el piso con la mano en la nariz supongo que queriendo frenar el sangrado de esta.

Nishimura me hace una seña y tiro las katanas al piso antes de seguirla, entramos a una oficina y está su padre.

Cruzan palabras entre ellos en su idioma, que ni me esfuerzo en entender ya que mi última gota de energía cerebral la utilicé en la pelea con los principiantes.

Sabes que te amo ¿no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora