PARTE VEINTICUATRO

70 7 0
                                    

ILIANA

De repente, un estruendo ensordecedor sacudió el aire. La explosión resonó con una fuerza tan brutal que hizo vibrar las paredes y sacudió el suelo bajo nuestros pies. Salimos corriendo al exterior, y la vista que nos recibió era aterradora. La barrera protectora, la estructura que durante tanto tiempo había mantenido a salvo a Solaris, estaba destruida. Fragmentos de energía chisporroteaban en el aire, y a través del resquebrajado campo de fuerza, se podía ver la silueta amenazante de naves Arcturien aproximándose rápidamente.

Rhysand fue el primero en reaccionar. -¡La barrera ha caído!- gritó, su voz llena de alarma. -¡Todos a sus posiciones!-

El pánico se extendió por todo Solaris. Los ciudadanos corrían en todas direcciones, buscando refugio o armas para defenderse. Los guerreros de Solaris se movilizaron inmediatamente.

-¡Ajax, lidera el flanco izquierdo!- ordenó Rhysand, su mirada intensa enfocada en el guerrero alienígena.

-¡Entendido!- respondió Ajax, su voz firme mientras tomaba posición. A su lado, Ruth, su pareja humana, mantenía una postura firme, lista para luchar junto a él.

-¡ Xenos, aseguren el perímetro norte!- dijo Khaos, su tono grave y autoritario.

-¡Vamos, peliroja!- exclamó Xenos, tomando la mano de su pareja humana mientras se dirigían hacia su puesto.

Sol mi compañera humana , se encontraba al lado de Zeenek, su pareja, quien ya estaba dando órdenes a sus subordinados para organizar la defensa. -¡Zeenek, debemos proteger a todos!- dijo Sol, su voz llena de determinación.

-¡Así es, mi Luz !- respondió Zeenek, sus ojos brillando con una feroz resolución. -¡Todos a sus posiciones, rápido!-

Karen, pareja de Ikar, se mantenía cerca de él, su rostro mostrando una mezcla de miedo y resolución. -¡Karen, mantente cerca de mí!- le dijo Ikar, su voz calmada pero firme.

-¡No te dejaré, Ikar!- respondió Karen, apretando la mano de su pareja con fuerza.

Vane, la última de mis amigas humanas, estaba al lado de Ryt, su compañero, ambos preparándose para la batalla inminente. -¡Ryt, debemos luchar!- exclamó Vane, su voz temblando ligeramente.

-¡Lo haremos pequeña humana mía!- aseguró Ryt, su mirada llena de determinación. -¡No dejaremos que los Arcturiens avancen!-

En el centro de la ciudad, Lady Niviana, junto con los Lores Vixon y Zillah, coordinaban las defensas y daban órdenes precisas para repeler la invasión. -¡Todos mantengan la calma y sigan las instrucciones!- ordenó Niviana, su voz resonando con autoridad. -¡Mis lores asegurémonos de que todas las unidades estén listas!-

-¡Estamos en ello, Florecita!- respondió Vixon, su mirada fija en los guerreros mientras Zillah revisaba las defensas.

Rhysand, Khaos, Ossaion y yo nos unimos a la defensa, cada uno de nosotros movido por la determinación de proteger a Solaris y a sus habitantes.

-Criatura, mantente cerca de nosotros- dijo Khaos, su voz baja pero intensa. -No podemos permitir que te .-

-Lo sé,- respondí, mi voz firme a pesar del miedo que sentía. -Haré todo lo posible para ayudar.-

Ossaion, con su experiencia en la lucha contra los Arcturiens, dirigía a los combatientes, compartiendo tácticas y estrategias para enfrentar a los invasores. -¡No subestimen a los Arcturiens!- gritó Ossaion, su voz resonando sobre el ruido de la batalla. -¡Son despiadados y estratégicos! ¡Debemos ser más astutos y más fuertes!-

Las naves Arcturien comenzaron a descender, sus sombras ominosas proyectándose sobre la ciudad. El sonido de los disparos y los gritos de combate llenaron el aire mientras las fuerzas de Solaris se enfrentaban a los invasores con una ferocidad desesperada.

Mire a mis machos, había dolor y furia en sus miradas.

Ossaion me miro por unos segundos.

-Solo dame la maldita orden para arrodillarme ante ti, haré cualquier cosa por mantenerte viva, voy a incendiar y matar a cada bestia que ose dañarte si es necesario.

Lo mire ensordecida, se escuchaba tan serio.

No logre responder a el ya que otra explocion sonó cerca de nosotros.

En medio del caos, Ajax levantó su escudo y se posicionó delante de Ruth, protegiéndola de los rayos enemigos. -¡Quédate detrás de mí, Ruth!- ordenó, su voz grave y protectora. -No dejaré que te hagan daño.-

Ruth asintió, sus ojos llenos de confianza en Ajax. -¡Lucharemos juntos, Ajax!- respondió con determinación, sosteniendo su arma con firmeza.

Xenos tomó a Yamila de la mano y la guió hacia un lugar seguro, cubriéndola con su cuerpo mientras disparaba a los Arcturiens que se acercaban. -¡No permitiré que te toquen, peliroja!- dijo con un tono feroz.

Yamila apretó su mano con fuerza. -¡Confío en ti, Xenos!- dijo, su voz temblando pero llena de coraje.

Zeenek, con Sol a su lado, dirigía a los guerreros de Solaris con precisión. -¡Lucesita, quédate cerca de mí!- exclamó, sus ojos nunca apartándose del campo de batalla. -No puedo perderte.-

Sol asintió, su rostro decidido. -¡Estoy contigo, Zeenek!- respondió, sus manos temblorosas pero firmes en su arma.

Ikar mantuvo a Karen a su lado, protegiéndola de los ataques enemigos con su escudo y su destreza en el combate. -¡Karen, no te separes de mí!- ordenó, su voz llena de preocupación.

Karen lo miró con determinación. -¡No te dejaré, Ikar!- respondió, su amor y lealtad claros en sus ojos.

Ryt se posicionó delante de Vane, usando su cuerpo como escudo para protegerla de los disparos enemigos. -¡Vane, mantente a salvo!- exclamó, su voz resonando con autoridad.

Vane asintió, su rostro lleno de resolución. -¡Vamos a defender este lugar!- respondió, sosteniendo su arma con firmeza.

Rhysand, Khaos y Ossaion, junto a mí, formamos una línea de defensa impenetrable. Rhysand se volvió hacia mí, sus ojos llenos de preocupación. -Criatura, no dejaré que te hagan daño,- dijo con voz firme. -Te protegeré con mi vida.-

Khaos asintió, su mirada intensa. -Estamos contigo, Solecito,- agregó. -No permitiremos que los Arcturiens te capturen.-

Ossaion, con una mirada determinada, se colocó a mi lado. -Estamos todos juntos en esto. Protejamos lo que amamos a toda costa.

Las naves Arcturien comenzaron a descender, sus sombras ominosas proyectándose sobre la ciudad. El sonido de los rayos y los gritos de combate llenaron el aire mientras las fuerzas de Solaris se enfrentaban a los invasores con una ferocidad desesperada.

-¡No les dejaremos avanzar!- exclamó Rhysand, su voz llena de determinación. -¡Por Solaris!-

La batalla por Solaris había comenzado, y cada uno de nosotros estaba decidido a luchar hasta el último aliento para proteger nuestro hogar y a nuestros seres queridos.

Amor De Otro Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora