PARTE VEINTIOCHO

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RHYSAND

El Llamado de la Esperanza

Cuando los refuerzos llegaron a la escena de la devastación. Había un renovado sentimiento de urgencia en el aire, y la llegada de nuevos aliados traía consigo una chispa de esperanza en medio de la oscuridad que nos envolvía.

Nuestros padres llegaron al sitio con una determinación que solo un líder puede tener. Mi madre se veía preocupada pero decidida, su rostro reflejando la misma angustia que nosotros sentíamos. Mis padres estaban igualmente serios, y su presencia en el campo de batalla proporcionaba una energía renovada para la búsqueda.

-¡Papas! - gritó Rhysand, al verlos llegar. - ¡Iliana está aquí en alguna parte! ¡Debemos encontrarla!

Madre asintió, sus ojos brillando con determinación. - ¡Haremos todo lo posible chachorro! - respondió. - ¡Cada rincón será revisado, cada escombro será movido hasta que la encontremos!

Ruth, Yamila, Sol, Karen, y Vane también llegaron, cada una de ellas con una mezcla de miedo y esperanza en sus ojos. Las mujeres estaban decididas a unir sus esfuerzos con los de los guerreros, y su presencia en el campo de búsqueda era tan crucial como la de los combatientes.

-¡Vamos, chicas! - dijo Ruth, su voz firme a pesar del pánico. - ¡No perdamos la esperanza! ¡Iliana tiene que estar aquí en alguna parte!

Las mujeres humanas se dispersaron entre los escombros, ayudando a remover los restos y buscar cualquier señal de Iliana. Ajax, Xenos, Zeenek, Ikar, y Ryt también se unieron a la búsqueda, cada uno con una determinación feroz de encontrar a Iliana.

¡Hagámoslo! - ordenó Ajax, mientras organizaba a los guerreros para que cubrieran áreas específicas. - ¡No dejemos ningún rincón sin explorar ! ¡encuentren a Lady Iliana!

Xenos estaba trabajando con intensidad apesar de estar herido, moviendo escombros y buscando entre los restos con una dedicación que sólo el amor puede proporcionar. - ¡Barran toda la Zona! - murmuró, su voz llena de determinación mientras despejaba el área.

Zeenek y Sol buscaban juntos, moviendo escombros y revisando cada rincón. - ¡Sol, mantente cerca! - ordenó Zeenek, mientras su mirada fija examinaba los fragmentos de la nave.

Ikar y Karen estaban trabajando juntos, revisando cada pedazo de metal con la esperanza de encontrar a Iliana. - ¡Karen, Cuidado no te vallas a lastimar! - dijo Ikar, su voz cargada de preocupación.

Ryt estaba en constante movimiento, dirigiendo a los otros guerreros y buscando señales de Iliana con una intensidad que sólo él podía mostrar. - ¡No nos detendremos hasta que la encontremos! - exclamó, su voz resonando con una feroz determinación.

La búsqueda se extendió durante todo el día. El sol estaba alto en el cielo, y el calor del día se hacía sentir mientras movíamos los escombros y buscábamos entre los restos. La esperanza de encontrar a Iliana se mantenía, aunque el tiempo avanzaba y el sol comenzaba a descender.

-¡No paren! - grite, mi voz llena de desesperación. - ¡Debemos seguir buscando!

La luz del sol comenzó a desvanecerse, y la oscuridad de la noche comenzó a apoderarse del paisaje. Las sombras crecían, y la visión se hacía cada vez más difícil. A medida que el día se convertía en noche, la angustia se hacía más palpable.

Khaos, viendo el horizonte oscurecido, se sentía abrumado por la desesperacion. La búsqueda había sido intensa, pero la oscuridad que se extendía sobre el campo de batalla solo parecía añadir más desesperación a la ya creciente sensación de pérdida.

-¡Iliana! - gritó una vez más, su voz resonando en la noche. - ¡Por favor, si estás allí, hazte escuchar!

El grupo continuó buscando, removiendo escombros y revisando cada pedazo de metal. La noche se instaló completamente, y las luces de las unidades de rescate parpadeaban débilmente en la oscuridad. La búsqueda se estaba convirtiendo en una tarea casi imposible, pero cada uno de nosotros estaba decidido a no rendirse.

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