La escuela— 17 años
Nos instalamos en la casa, y a partir de eso, cada día era un nuevo desastre. Todo está dado vuelta. Pablo contrató trabajadores para remodelar cada habitación, tal como lo planeamos. Cada día nuestra casa se llenaba de gente desconocida, no había ni un solo lugar en el que se pueda estar tranquila, a excepción de la biblioteca, pero no puedo pasar todo el día ahí metida.
La casa era un caos, y mi mente también. Las cosas en la casa estaban tensas.
En realidad, las cosas con Pablo Bustamante están tensas. Como siempre, no es una novedad.
Pero, no lo sé, esta vez creí que podía ser diferente. No voy a negar que me dolió ver como todo volvía a la normalidad, cada uno por su lado, ignorándonos. Creí que con este nuevo comienzo, una nueva casa, lejos de su familia, las cosas entre nosotros podían mejorar. Además, el día de la mudanza... sentí algo, no lo sé, no esperaba que de repente seamos los mejores amigos del universo, pero creí que nuestra convivencia seria mucho mejor.
Admito que me ilusioné, pero luego, intenté ser amable y él me cortó el rostro, sin razón alguna.
Es más, me pase todo el día pensando que pude haber hecho mal para que él no quiera ni mirarme, pero no encontré respuestas.
Luego regresó, fingiendo que nada había pasado. Pero conmigo no va a jugar. Las cosas no son cuando él quiere. No puede ser que cuando él tenga ganas me trate bien y que todo sea lindo, y que cuando se aburra de mí tenga derecho a ignorarme o tratarme mal ¿quién se cree que es?
Lo ignoré con la esperanza de que luego regrese y me pida disculpas, pero ninguno de los dos dio el brazo a torcer. Supongo que por eso llevamos días ignorándonos.
Siendo sincera, lo que más me molesta es no saber que es lo que hace. Es decir, cada día se despierta temprano, incluso antes de que yo pudiera verlo, y se va sin avisar a donde. Luego, regresa al atardecer, sin dar explicaciones de cual fue su paradero durante esas largas horas... pero claro ¿por qué debería darme explicaciones? si él y yo no somos nada.
Pero es tan frustrante no saber que es de él... al parecer, solo compartimos un mismo techo, pero eso no nos convierte en... ni siquiera en conocidos que se llevan bien, o que por lo menos tienen el mínimo respeto por el otro.
En cuanto a mí, pasé los primeros días tratando de adaptarme a la nueva rutina. Me despertaba con el ruido de los martillos y los taladros, y cada rincón de la casa parecía estar en construcción. Me refugiaba en mi habitación, buscando un poco de paz, pero era imposible evitar el constante ir y venir de los trabajadores.
Mi única escapatoria eran las llamadas telefónicas con mis amigos. Hablaba con Luján y Marcos casi todos los días, contándoles los detalles de mi caótica vida y escuchando sus propias historias. Era un pequeño consuelo saber que, a pesar de todo, seguían siendo parte de mi vida. Desde que tengo un celular, ellos están más presente que nunca.
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Secretos de verano- Pablizza
FanfictionFANFIC|| Cada verano, una familia adinerada llega al desconocido pueblo de San Esperanza, poniendo de cabeza al lugar. Con ellos, llega un oscuro secreto y un propósito peculiar: mantener a su hijo menor cerca de una chica de campo. Marizza, una jov...