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POV Pablo —20 años

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POV Pablo —20 años

Abrí mis ojos de repente, sintiendo como me sacudían repetidas veces. 

A penas pude reaccionar, noté a Simón frente a mí, observándome con preocupación. Los primeros rayos de la mañana aparecían en la sala de mi casa, en donde mis hermanos y mis amigos dormían junto a mí. La noche anterior había sido un desastre, y mi casa era la mayor evidencia de eso.

—¿Qué pasa?— pregunté confundido, tratando de despabilarme 

—Estas llorando— dijo mi hermano mayor, como si fuera una obviedad

Entonces, lleve mis dos manos a mi cara, y noté que no mentía. Estaba llorando.

Ayer por la noche, no había podido pegar un ojo, luego de despedirme de Marizza, caí en la cuenta de la realidad. Sentía un peso sobre mí que jamás iba a irse. Traté de fingir que todo estaba bien, distrayéndome con mis amigos, pero la realidad es que mientras todos charlaban y reían, yo me dedicaba a beber. Como si eso me sirviera de algo.

Cuando ellos se durmieron, yo seguí despierto, sentado en una de las sillas del comedor, esperando que todo lo malo que sentía se vaya con cada trago de cerveza. Al parecer, en algún momento me dormí esperando, porque ni siquiera puedo recordar en que momento me acosté en el sofá.

—Seguí durmiendo, Simón— le pedí a mi hermano, mientras trataba de sentarme

El sonido de las risas de anoche aún resonaba en mi cabeza. Noté a mis otros dos hermanos y el resto de los chicos tirados por toda la sala, entre botellas vacías y restos de una comida. Me moví en el sillón incómodo, intentando encontrar una postura que aliviara el nudo en mi pecho. No había caso.

Me había despertado arruinado. 

—Estabas gritando ¿tuviste una pesadilla?— insistió Simón

—Soñé que Marizza me dejaba plantado— mentí —Seguí durmiendo, yo voy a desayunar—

Simón me hizo caso, y volvió a recostarse en el suelo, sin preguntar mucho más.  

Ya había comenzado mi día de la peor manera. Hoy, en el cumpleaños de Marizza, debíamos cumplir con el contrato que firmamos. 

Tal vez, ser obligado a casarte con el amor de tu vida, heredar una casa y que te den un trabajo en el que el sueldo es tres veces más de lo que necesitas, no suena como una obligación. Es algo, hasta podría decir que es tentador ¿quién no lo aceptaría? 

Gracias a ese contrato, pase más tiempo con la chica que amo desde que tengo memoria, logré que ella se enamoré de mí, tanto como yo de ella. Suena como un sueño hecho realidad. 

¿El costo a pagar? Que me arruinen la vida.

Y no, no me refiero al casamiento, sino a todo lo que sigue después. Cuando firmas un contrato con Sergio Bustamante, es imposible que salgas ganando.

Secretos de verano- PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora