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Despedida de soltera— 17 años

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Despedida de soltera— 17 años

Salí de nuestra habitación, ajustándome los últimos detalles del vestido negro frente al espejo. Lo había comprado especialmente para esta ocasión. Me deje el cabello suelto, como siempre, pero le agregué unas ondas, para darle un toque más especial, y también traté de maquillarme un poco más de lo común. Quería verme bien, ya que esta era mi última noche, mi última salida como soltera.

Bueno... soltera, precisamente soltera no estoy. La "despedida de soltera" me parecía irónica, pero para mis amigas era una excusa perfecta para juntarnos y festejar. 

Tomé mi bolso, guarde mi celular y baje las escaleras, aunque antes de terminar de bajar el último escalón, comencé a escuchar silbidos y comentarios por lo bajo. Habían risas, aunque oía a Pablo tratando de callarlos.

—¡Por fin bajas!— dijo Tomás, con una media sonrisa —Estás hermosa ¿no me queres invitar a tu despedida? presiento que va a ser más divertida que la de Pablo—

—Estas muy diosa, cuñada, pero yo si fuera vos, me iría corriendo antes de que Pablo no te deje salir— agregó Joaquín divertido 

—Ni que fuera su carcelero— dijo Simón, riendo desde el sillón —Pablo no tiene la cabeza tan podrida como nosotros, no se va a poner celoso solo porque su chica es linda—

Mis cuñados, o sea, los hermanos de Pablo, ya estaban en la casa para festejarle su despedida de soltero. Y a mí eso me daba... miedo no, PANICO. 

No porque desconfiara de él, sino que desconfiaba de todos los demás. 

—Cállense, son tres viejas chusmas— intervino Pablo, caminando hacia mí con una sonrisa que me derritió. Era esa sonrisa, la que me recordaba por qué estábamos en todo esto —Hola, futura esposa—

Me acerqué y le di un beso en la mejilla

—Hola, futuro esposo— respondí, sintiendo cómo esas palabras se volvieron un poquito más reales cada vez que las decíamos.

—Estás hermosa... ¿segura que no te falta nada?— Pablo miró mi atuendo con esa mezcla de admiración y preocupación que me daba cada vez que me veía salir de casa.

—Me faltas vos— aseguré —Lo demás, está todo—

—Amor ¿estas segura que tenes todo? ¿celular? ¿billetera? ¿documento?— Me encantaba cuando era tan protector conmigo, él siempre se preocupaba porque todo salga perfecto.

—Tengo todo, mi amor— aseguré, levantando el bolso. Miré a los chicos, que seguían riendo entre ellos, y decidí que era hora de poner las cosas claras antes de irme. —Ustedes tres— llamé la atención de Simón, Tomás y Joaquín —Más les vale cuidar de mi novio, ¿eh? No quiero que me lo devuelvan ni con un solo rasguño ¿entendido?—

Simón, recostado en el sillón como si nada le preocupara en la vida, me miraba con esa sonrisita de "yo no fui"  que tienen todos los hermanos Bustamante, y que tanto me saca de quicio a veces. 

Secretos de verano- PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora