Prófugos—18 años
Desperté sintiendo los rayos del sol de lleno en mi cara. Parpadeé, aún medio dormida, y al girar la cabeza lo vi: a mi lado, con su brazo rodeándome, estaba Pablo. Su respiración era tranquila, sus facciones relajadas, y tenía una mano posada en mi cintura, sujetándome con esa fuerza delicada que me hacía sentir suya y libre al mismo tiempo.
Su rostro, bañado en la luz de la mañana, tenía una paz que pocas veces lograba ver en él. Incluso dormido, parecía sostenerme como si temiera que me escapara en cualquier momento. Al observarlo, una sonrisa se me escapó al recordar que la noche anterior me había susurrado que no me soltaría, ni siquiera en sus sueños.
Con cuidado, pasé una mano por su cabello despeinado, jugando con los mechones que caían sobre su frente. Quería despertarlo, pero al mismo tiempo me gustaba verlo así, tan vulnerable, tan mío. Sin poder resistir la tentación, acerqué mis labios a su mejilla y dejé un beso suave, despacio.
—Pablo... —murmuré junto a su oído, acariciando su hombro— Despertate, mi amor—
Él se movió apenas, su respiración cambió y sus ojos comenzaron a abrirse lentamente. La sonrisa que le vi al reconocerme me derritió el corazón. No le di tiempo de decir nada; le dejé otro beso, esta vez en la comisura de los labios, con la intención de despertarlo completamente.
—Hola— susurró confundido
No pude evitar sonreír al verlo entre dormido y despierto, con el cabello revuelto y esa voz ronca de recién levantado que tanto me encantaba. Su brazo aún rodeaba mi cintura, como si no quisiera soltarme, y yo tampoco tenía intención de moverme ni un centímetro de su lado.
—Buen día, amor de mi vida— sonreí
—Buen día, reina de todos mis palacios —murmuró, y su tono exageradamente romántico me arrancó una risita de esas que salen de lo más profundo cuando estás demasiado feliz para contenerte.
—Mira quién se despertó poeta... —respondí, pasando mis dedos por su rostro, como queriendo memorizar cada detalle de su piel
—Es que te veo y las palabras me salen solas— rió —¿Cómo dormiste? ¿estas bien?—
—Estoy feliz— sonreí —Me hiciste la chica más feliz del mundo—
—Entonces, misión cumplida —murmuró, acercándose para besarme, esta vez con una ternura tan profunda que me sentí en un sueño del que nunca querría despertar
—Mi amor, podes ser sincero conmigo... ¿yo te decepcioné?— fruncí el ceño —Es decir ¿hice algo mal? ¿algo no te gusto? es que yo no tenía experiencia, y se que vos si, y puede que yo haya hecho las cosas mal, entonces si es así me gustaría que me lo digas, así puedo tratar de mejorar...—
—Shh... no, no digas nada de eso— me atrajo aún más a él —Anoche me hiciste muy feliz... fue tal cual lo soñé, y mejor aún, vos nunca me vas a decepcionar— confesó —No quiero irme de este lugar nunca más, me quiero quedar así con vos para siempre—
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Secretos de verano- Pablizza
FanfictionFANFIC|| Cada verano, una familia adinerada llega al desconocido pueblo de San Esperanza, poniendo de cabeza al lugar. Con ellos, llega un oscuro secreto y un propósito peculiar: mantener a su hijo menor cerca de una chica de campo. Marizza, una jov...