Capítulo 3

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Las sirenas son hermosas criaturas,

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Las sirenas son hermosas criaturas,

su belleza te hipnotiza y su voz te atrapa,

pero no te confundas si rompes sus reglas

solo te puede esperar un destino: el juicio del mar.

-Advertencia de la zona pirata de la isla de las sirenas.


Por la mañana me levanto temprano y despierto a Enzo para asegurar que vamos en buen rumbo. Como siempre tiene que arrastrar los pies hasta la cubierta por el sueño.

-Creo que nos hemos desviado una o dos millas al este- dice y da un poco de vuelta al timón -Haz lo tuyo- anima.

Estiro las manos hacia el noroeste y el mar junto al timón enderezan nuestro rumbo, pasa casi una hora cuando ya estamos de nuevo en rumbo, atora el timón y va a despertar a Benjamín para asegurar la ruta. Yo voy a la cocina y le robo un cucharon y una olla a Adam quien ya empezó a hacer el desayuno. Tomo camino hacia mi camarote, pero no es ahí a donde me dirijo, me planto en medio del pasillo y tomo aire.

-¡¡Despierten!!- grito al mismo tiempo que golpeo la olla con el cucharon -¡¡Ya amaneció holgazanes!!, ¡¡Arriba!!, ¡¡Tienen velas que ajustar!!- grito.

Casi enseguida sale Lucio ya vestido, él ya estaba despierto, eso seguro, me ve con fastidio mientras termina de atar su botas.

-¡¡Despierten!!- grito -¡¡Arriba!!- sigo gritando y golpeando la olla.

Al cabo de unos minutos Lucas y Nancy salen de sus habitaciones, enojados por la forma de despertar, pero no me importa, ya que están ellos aquí me puedo concentrar en mi único trabajo, que es guiar y defender al Media noche.

Lucio les explica cómo se mueven las velas del Media noche mientras ellos observan las grandes olas que mueven al mar. Pronto Félix, Marc, Josep y Trevor sacan la mesa a cubierta y el resto las sillas y platos.

-¿Cómo despertaron?- pregunta padre,

-Excelente, es mejor el mar que tierra firme- afirmo y asiente,

-Tal vez mejor de no ser por el ruido de Nerea- acusa Lucas,

-Estoy de acuerdo- lo apoya Nancy,

-A ustedes les hizo ruido, ¿Saben lo que fue para mí el año pasado? agua, la primera semana ni bien me despertaba tenía que trapear, así que no se admiten quejas- expuso Lucio,

-No sean llorones- me quejo.

-¡A la mesa!- ordena Adam.

Desayunamos y cada uno va a sus labores. La rutina se repite durante 8 días hasta que estamos a solo unas horas de llegar a la isla de las Sirenas.

El susurro del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora