Capítulo 8

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El océano cura casi todos los males de sus hijos,

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El océano cura casi todos los males de sus hijos,

pero jamás los curara de las traiciones.

-Reflexiones del mar, educación pirata, por Benjamín,

cartógrafo del Media noche.


Los viajes en el mar muchos los ven como largos, pero para los piratas sabemos que un viaje corto consta de 10 a 15 días, un viaje largo hasta 2 años. El viaje desde el norte de Dorlaut a la isla de las sirenas es un viaje relativamente corto, son 9 días, es probable que pasemos por otras islas pirata, pero el viaje hasta Rainwin dura casi un mes o más dependiendo de las corrientes. Llevamos 5 días de viaje, en los que ya sufrí mi regla, y no es sorpresa, pero tenemos que cambiar la ruta.

-¿Por qué cambiamos de ruta?- cuestiona Bruno,

-íbamos por buen camino- apoya Hugo,

-Las corrientes están lentas y alteradas desde que zarpamos, si seguimos la ruta actual llegaremos en un mes gracias a los torbellinos acuáticos- explica Benjamín,

-Si generamos una artificial con mi magia y la de Lucio podemos llegar en el tiempo planeado- argumento y Padre, Gregory y Bastián nos ven con seriedad.

Si ellos se niegan seguiremos la ruta que llevamos, nada se mueve sin órdenes. Gregory y Bastián son los consejeros de mi Padre, el capitán, si ellos ordenan seguir ruta no nos quedara de otra.

-¿Qué puede alterar así las corrientes?- pregunta Gregory,

-Tan cerca de la isla de las sirenas pocas cosas- le responde Bastián,

-Es probable que la Reina este ajustando las barreras- concluye padre -Esta bien cambien la ruta, Lucas suple a Lucio, Jack apoya a los Gabiers- ordena Padre.

Todos nos ponemos rápidamente en movimiento y primero me arrojo al mar con una cuerda atada a la cintura sujetada por Félix y Steve.

-¡¿Listo?!- le grito a Lucio que está ya sentado sobre las velas,

-¡Unos minutos!- pide y Steve asiente,

-¡Tiene casi un año que no hacen esto!- grita Martín,

-¡No pasa nada!- aseguro en un grito.

Cuando Lucio me da la señal comienzo a pedir al mar una fuerte corriente a la isla de las sirenas que apenas tarda unos segundos en responder, nos empezamos a mover y Lucio empuja las velas con ayuda del viento, pronto tomamos una velocidad aterradora, el resto se apura a asegurar las cosas y moverse en cubierta, después de unos minutos Steve y Félix me sacan del agua y disminuimos la velocidad, aún mojada me apuro a subir al lado de Lucio.

-Vas a mojar todo- reclama Lucio sin bajar las manos,

-Si, pero desde aquí podemos controlarlo a la misma dirección- le recuerdo.

El susurro del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora