Capítulo 22

4 1 0
                                    

Cuando pienses que estás más tranquilo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando pienses que estás más tranquilo

deberás espabilar rápido,

eres un pirata, jurado al violento océano

-Primer Rey pirata, Capitán Saúl del Caracola


Eider me ve con algo de sorpresa antes de verme con admiración y negar con la cabeza.

-Me acabas de amenazar fierecilla- no me está preguntando lo está afirmando,

-No metas la pata- recalco y asiente siguiéndome los pasos.

Cuando llegamos a la zona del Media noche se sorprende por lo que encuentra. El escondite en Bracov está dentro de una caverna en el risco más alto de la isla, veo el cielo sé que no viene un buen tiempo para zarpar, se acerca una fuerte tormenta.

-Entremos- digo y me ve escéptico -Adentro hay una casa mucho mejor que muchas en tierra así que entra ya- animo.

Nos acercamos a la entrada y tomo uno de los dos faroles encendidos que están en la entrada, alguien más no ha llegado o salió. Nos adentramos hasta toparnos con una puerta de metal sin manija o cerradura, apoyo la mano en ella y esta se recorre de inmediato.

-¿Una puerta mágica?- pregunta Eider y asiento,

-Casi todas las puertas de las casas lo son, la de Mirkle no puedes tocar la manija para entrar si no eres de la tripulación- explico entrando.

Dejo el farol a un lado igual que mi saco, tomo un cepillo y me limpio el lodo y la tierra de las botas, mientras Eider imita mi acción y cuando termina nos adentramos más por el pasillo hasta que nos encontramos con la sala principal de la casa.

Con un gran ventanal de dos pisos que nos permite ver el mar y el tiempo, los largos sillones de cuero y la madera dura de roble de los muebles, los pilares esculpidos y los pisos de mármol. Quien haya dicho que los piratas éramos unos incivilizados no vio nuestras casa antes de ver la suya. Eider ve con sorpresa el paisaje que se despliega frente a él, sin poder creerlo.

-Ya volvieron- dice Padre y asiento mientras ve a Eider a mi espalda -Los hombres solteros dormimos en el ala derecha toma la habitación que quieras mientras este vacía, no te quiero ver en el ala izquierda ¿Entendido?- advierte y Eider asiente pasándome la caja de caramelos,

-Gracias- digo y asiente,

-¿Más caramelos Nerea?- cuestiona Padre y me encojo un poco.

Se supone que no puedo rebasar cierta cantidad en la compra de dulces y postres, y me quedan exactamente dos platas y un bronce para ello, mi padre lo sabe, y sabe cuánto me cuesta la cajita de caramelos.

-Son un regalo mío- interviene Eider y mi padre me ve con una ceja levantada,

-¿Eider te compro esos dulces?- pregunta Padre y Eider lo ve con algo de sorpresa.

El susurro del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora