Extra 1

9 2 0
                                    

El rey tritón Azariel fue el príncipe del mar,

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El rey tritón Azariel fue el príncipe del mar,

sus padres eran la Reina sirena y el Rey tritón anteriores,

el príncipe o princesa del mar siempre,

pero siempre se sentara en el trono.

-Capitán Igor a Henry del mar de Solwen.


HENRY

Llegamos a la playa del Media noche en la isla de las Sirenas, es la primera vez que estoy aquí, y es más tranquilo de lo que me imagine. El mar está tranquilo hoy, como los últimos siete meses, no ha habido muchas tormentas o ventiscas a pesar de la época del año.

-¿Qué les parece chicos? Esta es una de las tantas playas privadas que tenemos- dice el Capitán Igor acercándose a nosotros,

-Hay mucha paz aquí- dice Hans a mi lado.

Ambos nos unimos ya hace más de un año al Media noche desde él Oración, y hace cinco meses nos dieron nuestras lunas, por lo que es la primera vez que estamos aquí, pero también es la primera vez que Caleb, Marc, Eva, Félix, Hugo y Jason están aquí.

-¿Podemos hacer algo de caos Capitán?- pregunta Eva emocionada,

-Eva relájate un poco- pide Félix,

-No puedes hacer caos Eva, mejor descansa que en un rato les toca ir por las provisiones, y tu Jason no molestes a las sirenas ni tu a los tritones Marc- dice el Capitán,

-Se les acabaron los planes- se burla Caleb,

-¿Dónde está Hugo?- pregunta el Capitán,

-Aquí- responde con voz ahogada Hugo, tiene un paño en la nariz, de nuevo se golpeó con su propio poder,

-Cuidado con las prácticas chiquillo- dice Battista, nuestro Maestro artillero.

Desembarcamos y nos muestran la casa, Adam nos advierte de no adentrarnos en la selva si no queremos terminar en la prisión de las sirenas, no me detengo y voy directo a la cama, me toco la guardia de anoche y no dormí mucho.

-Henry arriba- me llaman -Arriba Henry tienes que practicar- anima.

Abro los ojos y me encuentro al Capitán Igor, me tallo los ojos y me enderezo, todavía quiero dormir, me levanto a regañadientes y el Capitán me da una palmaditas en él hombro.

-Eso es, andando las sirenas nos ayudaran con la práctica- dice y asiento.

Me trata como un niño, pero no lo puedo culpar, soy un bebé en comparación con él, 127 años de vida, son muchos años. Salgo y los demás también tienen cara de sueño, nos llevan al muelle donde ya nos espera Battista junto a varios palos de bambú y a su lado una mujer hermosa a pesar de sus canas, con un gran tocado de conchas y oro.

El susurro del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora