Capítulo 9

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Un juramento pirata no debe ser roto, jamás,

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Un juramento pirata no debe ser roto, jamás,

son sacros e irrompibles, si se rompen,

los piratas saben que una sola cosa puede pasarles:

el juicio del mar, en el cual resultaran culpables.

-Reflexiones del mar, educación pirata, por Benjamín,

cartógrafo del Media noche.


Karziet no le respondió al Rey Azariel y se limitó a volver al mar, tras lo que el Rey nos explicó que solo Zambira y Karziet podrían tener conocimiento de la ubicación del árbol de osbinto. Noelia inmediatamente explico que Zambira no habla con los humanos y solo se presenta una vez por siglo. Mi padre fue al muelle a rogarle una respuesta a Karziet, pero el gruñón no apareció.

Al amanecer salgo de la casa y me dirijo al extremo de la playa del Media noche, donde nadie puede verme. Me adentro en el mar hasta media pantorrilla.

-Tráelo, a ese hijo al que le encargaste mi cuidado- susurro.

El mar despeja 80 metros delante de mí y veo a Karziet cuyo cobijo marino lo abandono, sacude un tentáculo, pero el mar no vuelve a abrazarlo, no es hasta que se empieza a mover hacia mí que el mar lo vuelve a acoger. Cuando lo vuelvo a ver me ve directo a los ojos.

-¿Por qué?- interrogo,

-Se especifica- me responde,

-¿Por qué no me dijiste que eras un Kraken?- espeto con furia,

-¿Me hubieras recibido igual?- interroga,

-Claro que sí, eso no quita que seas un maldito moco rojo que tuve que alimentar y pasar noches enteras moviendo el agua de su pecera, eras un moco, me desvene los sesos dándote un nombre, sin mencionar la absurda cantidad de dinero que he gastado en redes y pescados- le respondo con rabia.

Me molesto el primer día, pero al segundo me llegaron las palabras de Destan, Karziet no tenía padres, no tenía quien lo protegiera del resto de animales, de la inclemente corriente siendo apenas un moco, así que me designe una misión. Ser lo que el Media noche para mí. Ser su familia.

-Escúchame bien intento de mascota, soy una pirata, que se rige por el código, uno del que te volviste parte cuando decidiste seguirme, así que te acuso de traición ¿Escuchaste?, le faltaste al código mintiendo por omisión- lo acuso con enojo.

El permanece impasible, ante mi tono amenazante y no me sorprendo por ello, es muchas veces más grande y fuerte que yo, si le intento infringir daño con mi poder este no me responderá, porque es un hijo del océano, su padre no le hará daño por mi mero capricho o deseo de venganza.

El susurro del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora