⚜ CAPÍTULO TREINTA Y DOS ⚜

19 1 0
                                    

"El infierno está vacío, todos los demonios están entre nosotros"

William Shakespeare



32. Sentencia, indicios y más secretos


⚜️

HELIO

Veo a Calum caminar tambaleante y perderse en la esquina del corredor a pesar de que lo llamé miles de veces. Es un jodido inconsciente, siempre tengo que estar salvándole el culo porque cuando está ebrio o drogado se cree intocable el muy estúpido.

Detesto que me hagan perder el control, y esa parece ser la tarea favorita de ese rubio cabezotas.

Dejo la mercancía que me han encargado en uno de los cuartos y, ya he vendido el segundo encargo de Brooklyn. Debo admitir que no me creía su juramento de los miles de dólares pero, al vender los primeros gramos, cumplió con su palabra y me pagó en efectivo lo acordado. A este paso, pagaré la deuda antes de que el mes acabe.

Al menos una buena noticia entre tanta mierda.

El que Sabrina se vaya me tiene mal; ella es como mi fuerza vital, mi centro; sin ella, me siento perdido, sin autocontrol. Aunque por ahora, prefiero tenerla lejos, no soporto la idea de estar faltando a nuestro pacto de honestidad y lealtad. Jamás se me había dificultado ser sincero con ella pero, ahora es diferente y no entiendo porqué.

Entre ella y yo no había secretos hasta que llegó Calum

Y no es solo eso lo que me tiene al borde. También están esas repetitivas pesadillas que no me dejan pegar el ojo en la noche. He visto la misma película de terror una y otra vez cada noche, sin falta. Sombras que me llaman, me quieren arrastrar a un abismo frío y oscuro. ¿Qué significa? No sé qué mierda me quieren decir mis sueños retorcidos.

Para mi mala suerte, soy un sexy nadador, no un loco interprete de sueños.

Recuerdo que el tonto de Calum es un peligro drogado y bajo hasta la sala en su búsqueda. La música me aturde mientras intento encontrarlo con la mirada por el lugar que está por estallar de tanta gente. En el proceso, me encuentro con el pesado de Vyden.
  
   

—Odio a Vyden. Es un maldito.

Lo miro y sigue con los ojos cerrados mientras continúa balbuceando las mismas palabras.

—¿Qué dices? —le pregunto esperando una respuesta pero nada, queda inconsciente en mis brazos.
  

 
Sus palabras calan mi mente haciéndome recordar aquel día que se reunió con el primogénito de Francis y salió hecho una fiera de la oficina de ese idiota.

¿Qué le dijo para que lograra odiarlo? Sí, Vyden no es la persona más amable del mundo pero, él y Calum apenas se conocen, o eso creo.

—Miren quién está aquí... Rocky el sangriento. —se burla y toma un trago de su vaso rojo.

Ruedo los ojos y tengo que respirar hondo para no arrancarle la lengua y ponérsela de corbata.

—Me matas de risa con tus chistes, Don Comedia. —lo fulmino con la mirada y solo sonríe como el imbécil que es. —¿Dónde está, Calum?

—¿No sabes preguntar otra cosa? —tensa la mandíbula.

—¿Dónde está?

—¿En serio? ¿Por qué te preocupas tanto por ese rubio tonto?

Pierdo los estribos y empuño el cuello de su camisa.

—¿Dónde está? —hablo lento muy cerca de su rostro a ver si me entiende esta vez.

Oscura Tentación [ALPHA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora