⚜ CAPÍTULO VEINTISÉIS ⚜

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"Actuar sin pensar, es como disparar sin apuntar"

B.C  Forbes


26. Desinhibido
 


⚜️

CALUM

Los labios de Hermes se mueven sobre los míos con vehemencia, invadiendo mi boca con su lengua, ahogando mis gemidos y jadeos. Mi piel arde  incluso cuando me está tocando sobre la ropa. Me separo buscando recuperar algo de oxígeno, me tiene estampado contra un estante repleto de antigüedades y se han caído varias cosas en el feroz y candente ataque.

—Quiero que este momento dure para siempre. —susurra con su frente sobre la mía.

—Tenemos que bajar. Deben estar buscándonos. —razono con el poco de cordura que me queda.

—Aún no.

Vuelve a atacar mis labios; sus manos bajan por mi espalda hasta mi trasero, lo aprieta mientras sus carnosos labios viajan de la boca al cuello, dejando mordidas en el trayecto. Chupa y muerde haciéndome gemir.

—Me duele. —me quejo y no se detiene.

Sigue atacando mi cuello cual vampiro sediento de sangre.

—Sin dolor, no hay placer. —gruñe cuando reanuda su ataque y me da una nalgada que me hace brincar.

Este Hermes no es el que veo siempre. Su voz es distinta, sus ojos no miran igual, están cargados de lujuria y me mira como un depredador a su presa. Lo alejo de un empujón y suspiro sobando mi cuello.

—Pues, siento dolor, solo eso. Nada de placer. —lo miro mal y camino a la puerta.

—Eso es porque no estás dejando que fluya. Estás tenso y no lo disfrutas.

Me detengo con la mano sobre el pomo, quedo de espaldas y cuando voy a hablar, se pega de mí, estampándome contra la puerta. Sus brazos rodean mi cintura impidiendo que me mueva.

—Cuando aceptes que quieres esto tanto como yo, sentirás mucho más placer del que te puedes imaginar. —me susurra al oído, su erección casi  me apuñala la espalda.

—No será hoy. —se aleja ante mis palabras.—Debo pensar, no puedo aceptar esto así por así, Hermes.

Suspira y se pasa una mano por el cabello.

—Es tu decisión, Calum. No voy a obligarte a nada.

Salgo y recorro los pasillos más rápido que flash. Llego abajo y todos los presentes están aglomerados en un punto del salón. El señor G habla por un micrófono sobre la nueva campaña del perfume.

—¡¿Dónde estabas?! —me pregunta Lu reparando mi cuello.

Por instinto, me tapo con la mano y le digo que debo ir al baño. Me siento asfixiado y me cuesta ver claramente, agradezco que ella no me siga. Subo las escaleras y corro hasta la salida. El exterior me recibe con la brisa gélida y una leve llovizna.

Respiro hondo con los ojos cerrados y camino de un lado a otro.

—¿Problemas en el paraíso?

Oscura Tentación [ALPHA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora